𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗪𝗔𝗡𝗚𝗚𝗨𝗞

—¡Hola Wangguk! —lo saludo animadamente mientras troto a su lado.

—¿Qué haces aquí?

—Gyeoul me dijo todo.

—¡¿Te lo dijo?! —grita deteniendo el paso abruptamente mientras se sonroja por trotar.

—Sí, dijo que tenías que decirme algo.

—No... no es nada —dice negando con la cabeza para luego comenzar a correr.

—Oye... —intento hablar mientras trato de seguirle el paso.

Comienza a correr más rápido dejándome atrás.

—¡Oye! —grito siendo ignorada.

Me detengo tratando de recuperar la respiración.

Gyeoul aparece repentinamente entre unos arbustos con una capucha rosada sobre su rostro.

—¿Hace cuánto estás ahí? —consulto extrañada.

—No importa.

—¿Por qué insistes en que hable con él? —pregunto algo fastidiada—. Se nota que no le agrado a tu hermano.

—No entiendo por qué se demora tanto en decirte... —murmura mientras comienza a comer un snack.

Suspiro tratando de relajarme.

—No me digas que le dijiste que me gusta y por eso actúa de esa manera —acuso de manera amenazante.

—No le he dicho nada.

—¿Y por qué se comporta así?

—No puedo decirte, tiene que decírtelo él —comenta volviendo a esconderse entre los arbustos.

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Espero que me abran la puerta, vine específicamente para hablar con Gyeoul sobre su hermano, pero lamentablemente es él quien me abre la puerta.

—No te preocupes, no vine a molestar —explico al ver su expresión—. Necesito hablar con Gyeoul.

—Ella no está.

De nuevo esa maldita actitud.

—Sabes, es muy frustrante venir siempre y que te comportes de esta manera —admito decaída—. Si no te agrado solo dímelo.

—¿Qué? Yo...

—Ni siquiera sé por qué me odias.

Se queda en silencio sorprendido, así que lo ignoro para irme.

Mientras camino de regreso a casa siento que mi teléfono vibra en mi bolsillo.

Debería cortar la llamada, pero por reflejo contesto de inmediato.

—Hola...

—Hola —respondo de malas ganas.

—Lo siento.

—¿Te disculpas ahora? —inquiero rodando los ojos—. Debiste hacerlo cuando estaba frente a ti y...

—Es muy difícil para mí hablar cuando te tengo en frente.

—Claro, me odias tanto que...

—No es odio lo que siento por ti —me interrumpe—. Es todo lo contrario.

—¿Lo contrario? —repito quedándome pasmada.

Lo contrario al odio es...

—Por eso actúo de esa manera cuando estoy contigo —continúa Wangguk—. No tenía pensado decírtelo, pero prefiero que sepas mis verdaderos sentimientos a que pienses que te odio.

Me quedo en silencio impresionada, estoy tratando de procesar sus palabras.

—No tienes que corresponderme —avisa ante mi silencio.

—Oye yo...

Quiero responderle, pero dejo de escuchar su voz para escuchar el sonido de mi teléfono, miro la pantalla sintiéndome triste.

Wangguk cortó la llamada.