𝗝𝗔𝗞𝗘

4.6K 577 144
                                        



8 años.

Camino de la mano de mi padre hasta llegar a una casa grande y elegante, al entrar nos reciben varios hombres vestidos con traje y al final hay un señor bastante grande.

—Hola Gapryong —saluda mi padre en un tono agradable.

—¿Es tu hija? —pregunta el señor agachándose a mi altura mientras me revuelve el cabello.

—Si lo soy —contesto y mi padre me mira amenazante por hablar sin permiso.

—Ten princesa —el señor Gapryong me extiende un billete de bastante valor y palmea mi cabeza antes de ponerse de pie. —¿Me das permiso de hablar con tu padre?

—Sí señor —respondo emocionada observando el dinero.

—Pero a cambio tú te quedas en el patio con mi hijo —pide haciéndose a un lado.

Cuando se mueve veo a un niño que parece de mi edad, me siento intimidada cuando nuestras miradas chocan y parece mirarme con odio.

—Él es Jake —me avisa acercándose a su hijo.

Nos dejan solos y yo me acerco a Jake para que hablemos o juguemos, pero se ve algo decaído por lo que solo se dedica a ignorarme.

Lo único que nos distrae son unos maullidos que provienen de un árbol, observo con atención viendo a un gatito pequeño en una rama, me preocupa y trato de ayudarlo, pero no sirve de mucho porque no lo alcanzo.

—Ayúdame —pido tocando el hombro de Jake mientras señalo el gato en la rama del árbol.

—No quiero —dice de inmediato dándome la espalda.

—¿Por qué?

—Porque puede tener algo contagioso y puede lastimarme —explica con aburrimiento—. No quiero tener cicatrices en mi rostro.

—No creo que te haga daño, es solo un gatito.

—Pueden ser peligrosos.

—Yo lo saco del árbol, así no te hará nada —propongo tratando de convencerlo—. Pero tienes que ayudarme.

—¿Y cómo quieres que te ayude?

—Déjame subirme a tu espalda, así yo podré alcanzarlo.

—¿Estás loca? —me observa de pies a cabeza con horror—. No voy a levantarte.

—Eres un niño débil —me burlo para provocarlo.

—No soy débil.

—Entonces ayúdame —vuelvo a pedir algo desesperada cuando los maullidos son más fuertes—. O puedes hacerlo tú solo.

—Lo haré solo —murmura engreído.

Lo veo resoplar antes de encaminarse hacia el árbol y comenzar a saltar tratando de alcanzar al gatito.

—¡Vamos Jake tú puedes! —lo animo dando saltitos de emoción.

—¡C-cállate! —me grita sonrojado por el cansancio.

Finalmente, un señor se acerca y lo ayuda entregándole el felino con cuidado.

—Aquí tienes a tu animal —comenta Jake con desagrado.

—¡Gracias! —digo tomando el gatito en mis brazos y me acerco para dejarle un beso en la mejilla como agradecimiento.

—¿Cómo lo llamarás? —pregunta con los ojos cerrados mientras se toca la mejilla que besé.

𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora