𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗝𝗢𝗛𝗔𝗡

Te acuestas perezosamente en el sofá viendo la televisión mientras tu novio se ducha. El aburrimiento te abrumó, y estabas a punto de ir a hacerle compañía a Johan cuando tu teléfono emitió un sonido, notificándote de un mensaje entrante.

—¿Eh? —entrecerraste los ojos, golpeando con el dedo la pantalla. —¿Jace?

Por extraño que parezca, era tu amigo en común con Johan, sin importar cómo lo negara. Ambos hablaban muy raramente, pero un par de veces a la semana intercambiaban frases y mensajes.

—¿Qué es?

Pero esta vez, Jace envió algunas fotos extrañas. Sin embargo, mostraban a una persona vagamente familiar.

Frunciendo el ceño, comenzaste a mirar las fotografías. Fueron ejecutados desde diferentes ángulos, y en cada uno de ellos una chica luchó valientemente con una manada de malos, como en una película.

Largo cabello castaño, una figura fuerte, tal vez demasiado fuerte para una mujer, sin contornos redondeados, hombros anchos y.... Ese rostro.

—¡Ay, Dios mío! —te cubriste la boca con la palma de la mano en estado de shock. —Oh... Mi... ¡Dios!

Dejándote llevar por las fotos, no te diste cuenta cuando el agua dejó de gorgotear en la ducha, ni oíste los pasos que se acercaban.

Los ángulos no eran muy buenos, pero, sin embargo, este rostro no se puede confundir con nadie. Seguramente, fue...

—¿Qué pasó? —la voz de Johan resonó justo encima de tu oído.

Giras la cabeza para ver por centésima vez lo guapo que es este chico. Se veía demasiado bien con una camiseta blanca, que acentuaba a la perfección sus músculos esculpidos y con el pelo mojado y enmarañado.

—¿Qué estás viendo? —frunció el ceño ante las fotos en tu teléfono. —Oye, esto es...

Sus encantadores ojos se abrieron como platos.

—¡Oh! —saltas para evitar que Johan te quite el celular. —Es solo que...

—¿De dónde sacaste eso? —gruñó con disgusto, acercándose amenazadoramente. —Dame tu teléfono.

—¡No! —Presionaste el dispositivo contra tu pecho. —¡Johan, por favor! ¡Me encantan estas fotos!

Fue muy tarde. A Johan no le costó nada agarrar fácilmente tu teléfono e inmediatamente retroceder, impidiendo que lo alcanzaras.

—¡Johan! —te colgaste de su brazo, rogándole que te mirara. —¡No borres eso, por favor!

Él ignoró obstinadamente sus comentarios.

—¡Te ves tan bien con esta ropa! ¡Echa un vistazo por ti mismo! ¡Mira como esta linda blusa se sienta en tus hermosos hombros! ¡Qué encanto como brillan tus labios! ¡Qué bien se te ve el culo con esta falda!

Las mejillas de Johan rápidamente se pusieron rojas, debido a tus alabanzas caóticas, te miró con incredulidad y gruñó.

—De qué diablos estás hablando...

—¡Es cierto! —estabas indignada tratando de apaciguar a tu novio. —Me gusta mucho cómo te ves. Sabes que te quiero mucho. Incluso si te disfrazaras de payaso, nunca dejaría de admirarte.

Las facciones de Johan se suavizaron y se inclinó para besarte en los labios. Tan encantador e inocente.

—Está bien —murmuró de mala gana. Maldijo a Jace por centésima vez, pero ya no pudo rechazarte. —Puedes quedártelas. No te atrevas a mostrarle esto a nadie, ¿de acuerdo?

Te iluminaste y alcanzaste el rostro de Johan e imprimiste un profundo beso de amor en su mejilla rosada.

—¡Como tú digas, mi linda novia!

—¡Tú...!