𝗚𝗢𝗢

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—No me interesas —digo cortante hacia el rubio que tiene extendido su teléfono pidiendo mi número.

—¿Disculpa? —inquiere alzando las cejas a través de sus gafas—. ¿Acaso no me has visto? —pregunta haciendo una pose extraña.

—Sí, ya te vi y no me interesas —vuelvo a decir tomando una revista para distraerme de su presencia.

—¡Imposible! —grita llamando la atención de algunos clientes—. No puedes negarte a...

—Vamos idiota —aparece un pelinegro que lo golpea con bastante fuerza en la cabeza—. Ya te dijo que no.

—Escucha a tu amigo y vete —ordeno sin despegar mis ojos de la revista.

—¡Volveré! —me advierte con una sonrisa mientras me señala. —No pienses que puedes deshacerte fácilmente de...

La puerta de la tienda se cierra antes de que pueda escuchar su nombre, aunque tampoco me interesaba saberlo.

En realidad, no me interesaba nadie. Después de mi última relación no creo estar lista para salir con alguien. Aún recuerdo lo que me gritó mi antiguo novio cuando terminó conmigo.

—¡Eres muy infantil!

Dejo la revista a un lado borrando ese recuerdo y trato de olvidar al rubio de hace unos momentos, probablemente no lo volveré a ver.


Día 2.

Veo ingresar al rubio con gafas nuevamente en la tienda y de inmediato tomo mi teléfono.

—Finalmente anotarás mi número.

—No —niego con la cabeza y le doy una mirada molesta. —Llamaré a la policía y le diré que hay un acosador en la tienda.

—Me lastimas el corazón —dice limpiándose falsas lágrimas del rostro mientras retrocede lentamente hasta salir del local.


Día 3.

—No me gustan las flores —menciono tirando el ramo de rosas al contenedor de basura sabiendo que me está mirando a través de la puerta de vidrio.


Día 4.

—Soy alérgica al chocolate —miento mirando de reojo la caja de bombones que dejo en el mostrador, sinceramente se veían apetitosos, pero tal vez estaban con drogas.


Día 5.

—No me gustan las joyas —digo lanzándole el lujoso anillo que me ofrece, por suerte lo atrapa antes de que caiga al suelo.

—¿Pero qué mierda te gusta? —pregunta mostrándose ofendido.

—Si no compras algo en cinco minutos llamaré a la policía —amenazo.

—Bien, bien relájate —alza las manos en señal de paz y se marcha.


Día 6.

Debo admitir que el peluche de dos metros que me ofrece se me hace bastante adorable, pero no dudo que el desgraciado haya puesto alguna cámara en el interior con la intención de espiarme.

—No me gustan los osos —digo negando con la cabeza.

—¿Entonces quieres uno de gato? —habla asomándose detrás del peluche.

𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora