𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗝𝗢𝗛𝗔𝗡

Genial, se supone que sería un viaje divertido, y ahora hay un grupo de tipos acosadores alrededor de nosotras, no quiero meterme en problemas con ellos así que lo mejor será cambiarme de asiento.

Avanzo por el pasillo hasta encontrarme con Jace.

—¡Hola! —saludo emocionada, pero me decepciono cuando veo una chica sentada a su lado—. ¿Dónde está Vasco?

—Bajó a comprar comida y se le fue el tren —explica nervioso—. Pero nos reencontraremos.

—Lástima, hay unos tipos molestos ahí atrás y pensé en sentarme contigo.

—No te preocupes ahí hay un asiento —dice señalando al frente.

Me giro, pero veo que hay un tipo con ropas oscuras, se ve peligroso, aunque no tanto como los otros tipos.

—Disculpe señor... —inicio para que voltee a verme, pero me ignora—. Podría tomar el asien...

Me interrumpo cuando el tren frena repentinamente provocando que me tambalee un poco, tropiezo y caigo sentada en las piernas del señor.

—¡Qué te pasa! —exclama nervioso tratando de apartarme.

—D-disculpe señor —lo miro al rostro y me arrepiento de mis palabras—. ¿No eres un señor?

—M-muévete —pide mirando el suelo.

—Lo siento —me disculpo poniéndome de pie de inmediato.

—Siéntate si quieres, pero no molestes —dice señalando el asiento que hay a su lado.

—Gracias.

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Se supone que debería estar en la playa con los chicos, y se supone que sería un día sin peleas, no sé qué momento me perdí y terminé con Jace y el tipo del tren.

—¿Cuál es tu plan Jace? —pregunto cansada de caminar tanto.

—Tenemos que infiltrarnos —dice pensativo—. Tú nos esperarás aquí afuera.

—Por supuesto, no entraré a ese lugar —advierto con miedo.

—Bien, creo que ya sé cómo podemos entrar.

—¿Cómo lo harás? —pregunta Johan.

Jace parece pensativo nuevamente pero luego me mira de pies a cabeza con una sonrisa.

—Quítate la ropa —dice hacia mí con una normalidad sorprendente.

—¡Qué quieres hacer con ella! —grita Johan poniéndose frente a mí.

—¡Nada! ¡Nada! —exclama Jace nervioso—. Supongo que me expresé mal.

—Pues si —respondo abrazándome a mí misma para cubrirme.

—Bien, necesito que se intercambien la ropa.

—¡Qué! —gritamos Johan y yo al mismo tiempo.

—Será fácil, tranquilos.

—No lo haré —reclama Johan hasta que Jace saca el contrato que tienen.