𝗝𝗢𝗛𝗔𝗡

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—Johan camina más lento —pido calmando mi respiración.

—De que hablas —dice confundido—. Estoy caminando normal.

¿Normal? El maldito va como diez pasos más adelante, los únicos que van a mi lado son Edén y Miro que deben saber que algo anda mal conmigo.

Me detengo abruptamente al darme cuenta de lo que sucederá.

Comienzo a ver borroso y me falta el aire, no me doy cuenta cuando mi cuerpo cae hacia adelante, lo último que escucho antes de que todo se oscurezca son los fuertes ladridos de Edén.

Al abrir los ojos lo primero que veo es el techo, analizo el lugar donde estamos y para mi sorpresa estoy en mi habitación, cuando me remuevo en la cama, noto que Edén y Miro están durmiendo a mi lado, al levantar la vista me encuentro con Johan.

—¿Estás despierta?

—No, aún sigo dormida —respondo provocando que haga una mueca.

Me toco el rostro buscando alguna herida.

—¿No me lastimé? —pregunto confundida revisando mis brazos.

—¿Por qué te lastimarías? —cuestiona Johan mirándome confundido.

—No sé, tal vez porque me desmayé en medio de la calle y...

—Te atrapé antes de que cayeras al suelo —anuncia con orgullo.

Suspiro aliviada.

—¿Quieres que te lleve con un médico?

—No es necesario —contesto tranquila.

—Pero te desmayaste —me recuerda.

—Fue por cansancio —admito algo decaída—. No he dormido bien estos días.

Johan me observa preocupado.

—No te preocupes —digo con una sonrisa—. Esto no impedirá que deje de salir.

—Tal vez eso no, pero yo sí.

—¿Tú? ¿Por qué? —pregunto sorprendida.

—Qué tal si te desmayas en la calle y alguien se acerca para hacerte daño.

—Tienes un punto —concuerdo—. Pero no voy a permanecer encerrada solo porque piensas que me puedo volver a desmayar en cualquier momento.

—Bien —acepta de mala gana—. Pero de ahora en adelante te seguiré a cualquier lado.

—¿Así como un cachorro? —bromeo mientras acaricio a Edén.

Me rio un poco de sus expresiones cuando lo molesto.

—Tengo hambre —comento rebuscando algo de dinero en mi bolso—. ¿Puedes ir a comprar pollo frito?

—¿No deberías comer algo sano? —sugiere cruzándose de brazos.

—Entonces tú elígeme algo de comer —pido extendiéndole unos billetes esperando que se vaya pronto.

—Volveré en unos minutos —avisa observando a Edén y Miro como pidiéndoles que me cuiden mientras él no está.

Sonrío esperando que se vaya y cuando sé que ya no está en el cuarto, comienzo a llorar desconsolada por tener que mentirle.



•✦───────────•✧



—Johan... —me remuevo un poco captando su atención—. No creo que esto sea buena idea.

—¿Te sientes mal?

—No, pero la gente nos mira —menciono girando su rostro con mi mano para que se dé cuenta.

—¿Por qué lo hacen? —pregunta molesto.

—Tal vez porque me cargas como si fuera una princesa —respondo señalándonos.

—Pero-

—Que linda pareja... —susurran a nuestras espaldas.

—Solo somos mejores amigos —aclara Johan volteando a mirar a las personas que hablaron.

Ruedo los ojos divertida por su reacción.

—Johan puedo caminar, así que bájame.

—No sé —murmura con duda.

—¿Y si caminamos tomados de la mano? —propongo haciendo que detenga el paso y me baje con cuidado.

—¿De la mano? —repite asombrado y voltea su rostro para que no lo mire. —Así... Como una... ¿Pareja?

—Supongo.

Se queda en silencio procesando lo que dije.

—¿Qué me dices? —consulto tratando de mirarlo, pero no puedo porque se niega a verme.

No responde nada, sin embargo, estira su mano para que la tome.

Caminamos unos pocos metros y Johan sigue negándose a mirarme, así que decido fingir que me desmayo para tener su atención.

—¡¿Estás bien?! —grita preocupado provocando que me ría en su cara.

—Solo bromeaba —confieso enternecida por su reacción.

—No hagas bromas con eso —reclama molesto y después se calma bajando la mirada hacia nuestras manos.

—¿No querías que te viera sonrojado?

—No —balbucea con el ceño fruncido.

—¿Es la primera vez que tomas la mano de una chica?

Se queda en silencio.

—No te tienes que sonrojar —digo conmovida—. Como dijiste hace unos minutos, solo somos mejores amigos.

—S-si... s-seguro —tartamudea nervioso.

Me inclino un poco para mirarlo, y por supuesto no le gusta porque se avergüenza.

—Sigamos caminando —exige tirando delicadamente de mi mano.

Me rio un poco hasta que siento una punzada de dolor en el corazón que provoca que suelte la mano de Johan para tomarme el pecho en un intento de calmar mis latidos.

—No caeré en otra de tus bromas —advierte Johan rodando los ojos.

Cierro los ojos con fuerza y me apoyo en la pared cuando mi pecho comienza a apretarse cada vez más.

Johan se acerca alarmado.

—Espero que no sea una broma...

—Solo... dame unos segundos... —pido tomando algo de aire con dificultad.

Cuando logro calmar mi dolor y parezco estar mejor, Johan no duda ni un segundo en alzarme nuevamente en sus brazos. Por cómo me siento en estos momentos, no me quejo.

—Tengo entendido que esto pasa cuando te estresas mucho, se me pasará si descanso un poco —miento tratando de calmarlo. —Tranquilo Johan, todo está bien.

Todo estará mientras no se entere de mi enfermedad.

—¿Segura que estás bien? —pregunta tratando de disimular su preocupación.

—Mientras esté contigo... —suspiro decaída entre sus brazos. —Todo estará bien.

𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora