𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

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—¿Es bueno eso? —murmuró Jake, los ojos parpadeando hacia ti y la voz ahogada por marcar tu cuello casi tan suavemente como estaba rozando la yema de su dedo sobre tu clítoris.

Fue casi demasiado fácil para Jake deslizar su dedo anular dentro de ti, tu ropa interior ya estaba resbaladiza con la excitación desesperada por el chico que tenías delante; solo lo hizo cuando le diste un rápido asentimiento.

—¿Qué hay sobre eso? No duele, ¿verdad? 

Realmente no podías ver la cara de Jake, la sensación de sus labios en tu mandíbula y el brillo proveniente de la televisión olvidada no era suficiente para que pudieras ver completamente su semblante.

Sin embargo, podrías adivinar que habría una mirada inquisitiva escrita por todas partes, ojos oscuros buscando las reacciones que podría sacar de ti.

Cuando no respondiste, hizo una pausa, y el pulgar pasó sobre tu clítoris una vez más. No pudiste evitar fruncir el ceño ante el estado de limbo en el que te puso, el flujo de tu placer alterado. 

Con un brazo alrededor de su cuello, hiciste un puchero.

—¿Por qué te detuviste? —susurraste, tu propia mano deslizándose hacia abajo para encerrar la suya, dedos encima de los suyos para frotar círculos en tu protuberancia hinchada. 

Jake mostró misericordia, sin perder tiempo en provocarte jadeos silenciosos mientras presionaba un beso firme en tus labios.

—No respondiste —el puchero fingido que empapaba su boca era un contraste cómico con la forma en que estaba trabajando en tu sexo, el dedo anular ahora hundido en los nudillos y curvándose hacia adentro, el pulgar sin vacilar en el ritmo que mantenía.

—No, está bien, está bien. Sigue adelante —te quejaste, la acumulación era evidente ahora. 

Jake también lo sabía, por la forma en que sus labios se curvaron en una sonrisa.

Ya no cubría tu piel de atentos besos, no; estaba mucho más interesado en sentarse en la primera fila a ver cuán feliz podía ponerse tu rostro solo con sus dedos.

—¿Cómo eso? —preguntó, levantando una ceja arqueada. —¿O esto? —la respuesta fue instantánea; a él introduciendo sin problemas un dedo medio dentro de ti y sacándolo, tu espalda se arqueó y las manos fueron directamente a agarrar la parte delantera de su camisa.

—Joder, no pares, Jake, por favor, no pares.

La risa que salió de sus labios fue ahogada por la persecución de tu euforia, luchando contra la sensación de usar sus manos sobre ti todo el tiempo. Jake aceleró un poco sus movimientos, aún manteniendo la meticulosidad mientras reanudaba sus besos en tu cara, comenzando en tu sien, en tus mejillas y en tus labios. Se podía sentir la sonrisa entre todo.

—Oh, te gusta eso, ¿eh? —dijo con voz áspera por encima de ti, la lujuria ya pintaba su voz. 

Solo podías asentir, con los dedos enredados en sus mechones de cabello.

—Si... —tus caderas comenzaron a balancearse hacia adelante y hacia atrás en sus dedos, el orgasmo inminente y momentos de distancia, la acumulación de éxtasis cuando Jake se dio cuenta.

El movimiento de sus dedos era obsceno, aunque la idea de una vergüenza generalizada fue golpeada contra la mirada peligrosa a través de la cual te estaba mirando. Mientras tus piernas temblaban y tus gemidos resonaban en el aire, la idea de que los ojos de Jake eran la mitad de lo que te ponía tan caliente brilló en tu mente con firmeza.