𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗚𝗨𝗡

Espero pacientemente de pie junto a una tienda, Crystal lleva algunos minutos de retraso, pero trato de ignorarlos, hasta que recibo una llamada.

—Hola Crystal, ¿sucedió algo?

—En realidad si —confiesa—. No podré ir.

—¿Por qué? —pregunto preocupada.

—Tengo que hacer algo... —la escucho toser torpemente—. Tengo que reunirme con Daniel.

—¿Qué? Me abandonas por un chico —bromeo mientras niego con la cabeza—. Debiste avisarme antes de que llegara aquí.

—No te preocupes, irá alguien en mi lugar.

—¿Quién? —pregunto y cuelga el teléfono.

"Desgraciada" pienso.

—Aquí estás —murmura alguien a mis espaldas.

—¿Gun? ¿Qué haces aquí? —pregunto asombrada.

—Solo dime que necesitas.

—¿Yo? Nada.

—Crystal me dijo que viniera porque estabas en peligro —explica mirando alrededor—. ¿Alguien te está molestando?

—¿Peligro? —inquiero riéndome—. Solo iríamos de compras.

—¡Qué! ¡Me engaño! —dice irritado—. Bien, entonces me voy.

—¡No, quédate!

Se lo pido no porque me agrade su presencia sino porque necesito que alguien cargue las bolsas de las compras que realizaré.

—No —responde cortante.

—Maldita Crystal —refunfuño—. Debió mandar a Goo —murmuro provocando que Gun detenga el paso—. Él sí tiene sentido de la moda.

—¿Estás diciendo que no tengo sentido de la moda?

—Si eso entendiste —digo levantando los hombros.

—Tú manipulación no funcionará conmigo.

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—Toma Gun —digo entregándole las bolsas y las recibe a regañadientes.

—También puedes llevarlas tú.

—No, porque así no podré ver la ropa —miento mientras camino delante de él.

Nos detenemos en una tienda que llama mi atención por un lindo vestido que tienen en exhibición, entro al lugar mientras Gun sigue maldiciéndome.

Finalmente, con el vestido ya en manos voy decidida a probármelo, entro al último probador emocionada mientras Gun me espera afuera.

Todo parece ir bien hasta que me doy cuenta de que no puedo subir el cierre del vestido.

—Oye Gun —murmuro abriendo un poco la puerta del vestidor y saco mi cabeza—. Ayúdame.

Me mira con una ceja alzada y entra sin objeciones, pero cierra la puerta de golpe provocando que haga un ruido extraño.

—Si estás molesto no tienes que desquitarte con la puerta.

—¿Qué necesitas? —pregunta ignorando lo que dije.