𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗭𝗔𝗖𝗞 / 𝗝𝗢𝗛𝗔𝗡

Hoy es el día.

Finalmente pasará, no hay nada que no haga por amor, si se trata de ayudar a la persona que amo, hago todo lo que puedo.

Aunque eso signifique ayudarlo con la chica que él ama.

—Bien Zack, está todo listo —le aviso con una falsa expresión de alegría.

—¿Estás segura? —pregunta nervioso.

—Sí, no creo que te rechace —lo animo.

—¿Eso puede pasar? ¿Me puede rechazar?

—Claro —contesto y lo veo poner una expresión de horror—. Pero eso no te pasara a ti, además si lo hace... Hay más chicas como... Yui, por ejemplo.

"O como yo" pienso.

—No me importan las otras, me importa Mira.

Bien, ese es un claro rechazo.

—Tienes razón, Mira es la mejor —argumento animándolo—. Ella también te quiere, se conocen de pequeños y... Dirá que sí.

—Gracias _____.

—Zack de igual forma quiero decirte que...

—¡Espera! ¡Ahí viene Mira! —exclama señalándola.

Siempre era lo mismo, se olvidaba de mi presencia cuando llegaba ella. Tal vez ya era tiempo de olvidarme de él.

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Todo salió bien para Zack, aun cuando estoy mal, siento algo de alegría por él, es decir Mira lo aceptó y ahora ambos se van juntos tomados de la mano.

De reojo noto a un chico que también los mira con una expresión de tristeza.

Siento que una lágrima se desliza por mi mejilla, pero no hago nada, hasta que veo una mano extendida hacia mí con un pañuelo.

—Gracias... —murmuro sin mirarlo.

Siento un peso en mis pies y cuando miro veo un perrito color blanco echado junto a mí.

Me agacho para acariciarlo.

—¡Ay no pobre animal! —exclamo horrorizada captando la atención del chico que está a mi lado.

—¿Qué le paso? —pregunta preocupado arrodillándose.

—Nada —digo abrazando al perrito soltando un suspiro dramático—. ¿Quién será el imbécil que le puso God Dog como nombre?

Escucho un gruñido del chico que está a mi lado.

—No se llama así —dice con molestia—. Se llama Edén.

—Qué bueno ese es un nombre más lindo —digo más contenta.

—Eres molesta —refunfuña quitándome al cachorro—. Entrégame el pañuelo.

—¿Qué? ¿Cómo puedes ser tan mezquino? —le reprocho con las manos en las caderas—. Me ves llorando y me das un pañuelo, y ahora quieres que te lo regrese.

—Así es, no debí ayudar a una chica tan molesta.

—¡Ni loca te lo regreso! —me cruzo de brazos con el ceño fruncido—¿Quién me asegura que no eres un pervertido que quiere hacer cosas con mis lágrimas?

—¡Quien crees que soy! —grita con la mano en el pecho ofendido.

—Pues no lo sé —contesto elevando los hombros.

—Quédatelo, mejor me voy.

—Bien, de igual forma supongo que nos volveremos a encontrar.

Él me mira confundido y luego baja la mirada viendo como Edén juega conmigo.

—Bien... Supongo que no debes ser tan molesta si le agradaste.