𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗞𝗢𝗨𝗝𝗜

Kouji.

Era una estúpida, no importaba que fuera mayor que yo, ella no dejaba de ser una tonta.

La vi sentada en una banca con el rostro triste, me acerco para reprocharle lo que estaba haciendo.

—Oye ____... —hablo con voz más masculina para llamar su atención.

—¡Kouji! —exclama sonriendo—. ¿Qué pasa?

—Eso quería preguntarte —digo molesto—. Sabes si tanto necesitabas dinero yo pude prestarte algo... No tienes que vender tus prendas usadas a los pervertidos.

Agacha la mirada y juguetea con sus manos.

—Viste las fotos... No tengo ni idea de quien las subió.

—¿Tu no las subiste?

—Claro que no, alguien las subió y se está haciendo pasar por mí.

Que molesto que le hagan eso a ella, sabía que también habían fotos de sus amigas, pero solo me importaban las de ____.

—¿Quieres que te ayude? —me siento a su lado y me cruzo de brazos—. Eliminaré todo rastro tuyo de la red.

—Gracias... Pensé en ti para esto y de hecho le pregunté a Crystal si podías ayudarme, pero me dijo que eras un interesado que me cobraría millones —apreto mi mandíbula avergonzado por la imagen que debe tener de mi—. Trataré de pagarte de alguna forma.

—No te preocupes por eso —digo tocándole el hombro para tranquilizarla.

—Gracias Kouji —dice feliz tomando mis manos, por Dios porque hace eso, acaso no sabe que estoy en una época hormonal.

—Si como sea —murmuro apartando mis manos.

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Es tan fácil eliminar sus fotos de las redes, ya no utilizaran su imagen para cosas malas, además _____ me fastidio para que también borrara las fotos de sus amigas, solo lo hice porque ella me lo pidió, no conozco a esas tontas y no me importaban, pero supongo que eran importantes para ella.

—¿En serio ya está todo listo? —pregunta inclinándose detrás de mí mirando la pantalla del portátil.

—Sí, sí. Aléjate —pido amablemente.

—Bueno... Gracias —dice alejándose.

—Ya me agradeciste como mil veces —cierro la portátil porque mi trabajo ya está hecho.

—Es que no sé cómo agradecerte —menciona sonriendo.

—Ya te dije no te cobraré ningún millón.

—Bueno creo que ya sé cómo... —la veo mirar hacia un lado con una sonrisa y pone sus manos en mis hombros—. Ya sé cómo pagarte.

—¿Cómo? —pregunto nervioso.

—Dándote tu primer beso —dice inclinándose y dándome un muy corto beso en mis labios—. Gracias y adiós.

Me quedo quieto antes de salir detrás de ella.

—¡Oye tonta! —grito para llamar su atención—. ¡Ese no era mi primer beso!

Por supuesto estoy mintiendo, pero ella no tiene que enterarse de eso.