𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗦𝗜𝗡𝗨

Camino por los pasillos del edificio con cansancio, a estas horas el circo ya había iniciado, por lo que Neko ya se encontraba animándolo como la anfitriona que era.

Mientras avanzo busco por los alrededores a una persona en específico, y por primera vez se me dificulta encontrarlo, no sé si es porque estoy cansada o por la estúpida máscara de zorro que cubre la mitad de mi rostro.

Siento un suave tirón en mi brazo y me ocultan en el rincón de uno de los muros, instintivamente sonrío al verlo.

—Te estaba buscando —me avisa retirándose la máscara para enseñarme su deslumbrante sonrisa.

—Yo también te buscaba.

Lo observo emocionada cuando se inclina para besarme.

—Espero que no te lastimes demasiado —murmuro tomando su rostro entre mis manos.

—Trataré de tener cuidado.

—Ya no te estas tomando esas pastillas ¿verdad? —consulto tímida.

—Dejé de hacerlo hace mucho —susurra dándole un vistazo alrededor—. Así pude recordarte.

Aparto la mirada pensando en lo último que ha pasado en estos meses.

—No tengas miedo —murmura tomando mis manos. —Jamás podría olvidarte.

—Ya lo hiciste —le recuerdo con algo de pena—. Por eso temo que vuelva a suceder.

—No sucederá.

Lo abrazo con fuerza para tratar de reconfortarme.

—Nada podrá separarnos —me asegura dejando un beso en mi cabeza.

—Eso espero —digo no muy confiada.

—Qué tal si me das otro beso ¿sí? —pide tomando mis mejillas.

Me rio un poco, a veces Sinu suele ponerse algo intenso con las muestras de cariño, pero no es algo que me moleste.

Atrapa mis labios en un dulce beso que comienza a intensificarse por lo que golpeo su pecho para advertirle que me está dejando sin aire.

—Lo siento... me emocioné demasiado —admite sonriendo algo tímido.

—No te preocupes.

—¿Mañana nos reuniremos donde siempre?

—Ahí te estaré esperando —digo poniendo la máscara en su rostro cuando debe irse—. Buena suerte Shiba Inu.

No puedo evitar sonreír, sinceramente cuando me vendieron a Workers jamás pensé que el tal Eugene me mandaría aquí solo para vigilar a Neko, pero la mayor sorpresa en este lugar fue rencontrarme con Sinu, aunque él no me reconoció.

En un inicio pensé que estaba fingiendo no conocerme, después me di cuenta de lo que hacían con él.

Cuando Sinu desaparece por el pasillo decido salir de mi escondite, pero apenas lo hago choco con un pecho. Levanto la mirada para encontrarme con la tétrica mascara de Nomen.

—¿Qué estabas haciendo? —pregunta inclinándose a mi altura—. Tienes los labios hinchados.

—Me los mordí por accidente —contesto con desinterés. —¿No deberías estar con Neko?

Ambos nos quedamos en silencio para después asentir con la cabeza y marcharnos cada uno por su lado.