Capítulo 8

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19 de octubre de 1944

Me recosté sobre césped, al lado de Stiles. Los dos mirábamos al cielo. El sol estaba recubierto por varias nubes, pero no había señales de que lloviera. Nuestros brazos se rozaban, pero ninguno se oponía a aquello. Es más, yo lo encontraba como una sensación agradable, como todas las que siento al estar en ese lugar.

- El cielo tiene aspecto de que lloverá -comentó él, sin dejar de mirar el cielo.

- No creo que llueva -respondí observando el cielo también.

- ¿Leíste sobre el clima también? -dijo girando su cabeza para mirar mi expresión risueña por su comentario.

- No... -respondí finalmente sin voltear para verle la cara-. Lo supongo.

Él sonrió, aún mirando hacia arriba.

- Bueno, ¿sabes algo? -me dijo- Vengo observando este mismo cielo desde hace ya varios años, así que creo que sé más que tú.

Reí.

- ¿Sabes que estamos bajo el mismo cielo, no es así?

El me miró entrecerrando los ojos.

- Supongo que desde aquí el cielo se ve más claro -me respondió él.

Yo le di una sonrisa y asentí.

- Bueno, eso es verdad... El cielo se puede apreciar más aquí que allá abajo -le respondí-. Así que puede ser que tengas razón.

Me dio una sonrisa mientras se incorporaba. Yo seguía acostada por lo que ahora me miraba desde arriba, ya que él ya estaba sentado.

- Me gusta la lluvia -me contó, para luego volver a mirar el cielo.

- A mi no... -respondí para luego de unos segundos acomodarme junto a él-. De hecho siento que mi presente es muy deprimente para agregarle un clima aún más deprimente.

- No veo a la lluvia deprimente -rió él unos segundos-. Las flores crecen con la lluvia, el pasto brilla más con ella, la contaminación se dispersa... No lo veas como algo deprimente, Lydia.

No pude evitar sonreír ante lo que decía.

- ¿Siempre le buscas la vuelta a las cosas, no es así? -le pregunté-. Quiero decir, siempre le ves como el significado, el lado bueno. Como lo de la oruga y la mariposa, yo nunca lo hubiera imaginado de esa manera.

Él se encogió de hombros.

- Cuando vives en un mismo entorno durante un largo tiempo, aprendes a ver las mismas cosas con ojos distintos.

- Bueno... Me gustaría que me enseñaras la manera de ver las cosas -admití dirigiendo mi mirada colina abajo, donde las casas se veían, sin embargo ver personas era casi imposible. Se veían como un simple punto-. Tal vez así fuera más fácil imaginar mi futuro.

Stiles me dio una mirada curiosa, confundida y deseosa por saber más.

- ¿No puedes imaginar tu futuro?

- No uno feliz al menos -susurre bajando la mirada-. Solo veo más dolor, y más sufrimiento.

- No suenas como alguien que tiene mucha esperanza -me miró haciendo una mueca. Baje más la mirada hundiéndome de bombros

- Es sólo que... Es algo complicado -me limité a decir.

Él se quedó mirando a mi mano un momento. Y luego acercó su mano, temerosamente, a la mía. Estiré la mano, para que le fuera más fácil tomarla, aún sin saber que tenía en mente.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora