Capítulo 112

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29 de Marzo de 1945

Dos días. Habían pasado dos días desde la última vez que vi a Lydia y la preocupación me estaba empezando a comer la cabeza. Ella no subía y yo no tenía ganas de ni siquiera comer ya que ella y Malia estaban en todos mis pensamientos y prioridades, sacándome las ganas de todo.

Habían miles de dudas. ¿Que tal si algo paso? ¿Que tal si es por eso que Lydia no sube? ¿Que tal si Malia...?

No. Me había negado rotundamente a ser el negativo, tenía que ser yo el positivo. Lydia me había enseñado a serlo y eso era lo que me mantenía despierto y optimista.

Pero si que estaba desesperado. Cada vez que Lydia había desaparecido por más de de dos días la causa de eso había sido porque algo terrible había pasado. Y es por eso que sabía que había algo que no estaba bien, podía sentirlo.

Caminé hasta la bajada, decidido a sentarme sobre el pasto y esperar a que Lydia saliera de entre los árboles y yo pudiera por fin respirar aliviado por primera vez en días. Pero las horas pasaban, y ella no llegaba.

Justo antes de rendirme, vi a alguien asomarse por la cima. Me paré con la ilusión de que fuera mi novia y se encontrara bien, pero enseguida la sentí un balde de agua helada al ver que se trataba de Scott. Él se acercó hasta a mí, sonriéndome de lado. Yo me quedé parado en mi lugar, tragando saliva, preparándome para lo peor.

- Stiles -me saludó de forma amable.

- ¿Dónde está Lydia? -fue lo primero que le pregunté. No pretendía sonar descortés, pero aquella era la duda principal en mi cabeza que no había podido sacarme.

Scott apretó los labios al instante, y no dude un segundo más en afirmar que si había algo mal, y por eso su expresión. No sé muy bien cuantas tragedias fui capaz de imaginar en esa milésima de segundo, pero creo que fueron suficientes para que Scott sintiera mi desesperación.

- Ella esta bien, si... -murmuró de inmediato llevando su mano a mi hombro y pude por fin soltar un suspiro-. Bueno, dentro de lo que puede estarlo.

- ¿Que ocurrió? -pregunté de inmediato. Scott apretó los labios de nuevo, estaba preocupado y algo triste. Lo veía.

- Ella murió, Stiles -dijo entonces-. Malia murió.

Este fue otro momento de mi vida donde no supe como reaccionar. No porque estaba sorprendido exactamente, si ni porque una ola de diferentes emociones me atacaron en poco tiempo y al mismo y no sabía cual de ellas ponerle prioridad. El primer pensamiento se trataba de una sensación de impotencia y rabia, porque Malia era una gran persona y no merecía la muerte. Otra sensación que ocupaba en mi cuerpo era una que se me hacía familiar, que era aquella que sentí cuando había perdido a mi madre. No tenía la misma intensidad, pero el sentimiento estaba.

Las palabras de Scott me cortaron con un filo, y profundo. Fue como si mi corazón se comprimiera y se desangrara internamente. Se sintió la sensación de vacío, y el pensamiento de que nunca más iba a volver a ver a Malia.

Le tenía mucho cariño. Le debía mucho por haber acompañado y cuidado de Lydia. Era una persona fuerte, con mucho carácter, y me costaba pensar que alguien como ella se había ido. No podía creer que alguien la había vencido.

- ¿Qué...? -susurré con la voz débil. Al notar que iba a quebrarse, preferí callarme. Limpié una lágrima que me cayó por la mejilla. Scott me apretó el hombro, como si quisiera darme apoyo o fuerza.

- No saben bien quién fue. Fue un homicidio, de eso seguro. Alguien entró a la casa de ella, la acuchilló y ahorcó -pinté una imagen de aquello en mi cabeza y no pude evitar soltar un sollozo de desesperación, sintiéndome impotente por no poder hacer nada. Me tapé rápidamente la boca-. La última persona con la que Malia estuvo, fue Lydia.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora