Capítulo 99

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14 de Marzo de 1945

Caminé con cuidado de no ensuciar mi vestido, pero había llovido un poco, lo cual hacía difícil no manchar la parte baja de este con barro.

De todas formas, no tenía que importar cómo Stiles me veía con él, sino sin él.

En parte no entendía que estaba haciendo. Era como si de la nada algo me hubiese hecho un click, o quizás el hecho de ver tantas parejas o tantas personas hablando entre ellas me hizo darme cuenta que con la única persona que quería pasar mi día era con Stiles. Y nadie podía impedirme eso. Ni siquiera Jackson. Ni siquiera la religión o la Iglesia. Ni siquiera Hitler. Ni siquiera esta maldita guerra.

Mi nuca estaba caliente y sentía que me ardían las mejillas. Mis manos temblaban un poco. Quizás por el frío. Quizás también por los nervios.

Mordí mi labio cuando me detuve frente a la cabaña de Stiles, llevé mis manos a mi espalda detrás de mi espalda y jugue con mis dedos antes de empezar a alisar mi vestido y luego arreglar mi cabello para dar un paso hacia adelante y llegar frente a la puerta.

Moví mis dedos hacia la puerta y antes de poder ponerme aún más nerviosa de lo que estaba abrí la puerta.

Cuando me adentré en la cabaña, cerré la puerta tras mi, con cuidado y sigilosamente caminé hasta su habitación donde al verlo dormir solté una pequeña risa, en una mezcla de ternura y nervios.

Me detuve unos segundos a admirarlo antes de dar paso tranquilos y llegar frente a él, me baje hasta poder quedar frente a él.

- Stiles... Bombón, despierta -susurré moviendo mis manos sobre sus mejillas-. Bombón...

Stiles pestañeó un par de veces rápidamente antes de abrir los ojos por completo, luego se acomodó apoyándose por sus codos para mirarme bien. Parecía estar desconcertado y confundido, le regalé una sonrisa para calmarlo.

Me incorporé parándome frente a él y este se iba acomodando en la cama hasta quedar sentado en esta, bajó los pies al suelo, volvió a mirarme desde la cama.

- Lydia, ¿Que sucede? -preguntó este. Volví a regalarle una torpe sonrisa-. ¿Que haces aquí?

- Te necesitaba -dije, besando sus labios. Acomodé mi mano bajo su barbilla. Él se quedó quieto en su posición, aún muy dormido como para asimilar la situación.

Me separé de él y acaricié sus mejillas con ternura.

Me alejé de él, para ir a la cocina. Le hice una señal para que esperara, mientras iba en busca de velas. Las encendí y las llevé a la habitación de Stiles. Las apoyé sobre los muebles de madera que usaba como mesita de luz.

Stiles no despegó su mirada de mí. Me quedé parada sobre el marco de la puerta, mientras sus ojos estaban posados en mi.

- ¿Qué ocurre...? -su voz se entrecortó en el momento en el que hice lo siguiente.

Como en el camino me había ido desatando el vestido de a poco, no fue difícil desatar y sacarme un último moño y dejar que el vestido me cayera a los pies de una forma veloz. Di un paso hacia un costado, dejando aquel vestido que mi amiga me había obsequiado en el suelo, junto a mí. Llevé mis manos hasta mi espalda para desabrocharme el sostén en un movimiento ágil. Lo dejé caer sobre el vestido. Hice lo mismo con el resto de mi ropa interior.

Podía escuchar el corazón de Stiles latiendo desde donde estaba yo, y eso que no estábamos relativamente cerca. Mi corazón también latía rápido: por más que me sintiera lista, estaba nerviosa, al igual que ansiosa.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora