27 de Diciembre de 1944
Cuando abrí la puerta de la casa de Scott el aire me pego fuerte, corría viento y obtener mucho de este hizo que aquella coraza que había logrado mantener se sintiera difícil ahora. Solté un suspiro y mantuve los ojos cerrados por un momento, intentando mantener la calma. Me cerré el abrigo y empecé a caminar hacía la casa de Malia.
Antes de que siquiera pudiera darme cuenta, me encontraba en la puerta de su cada. Con el corazón en la garganta, y con la piel erizada, toqué la puerta. Mi mejor amiga no tardó en aparecerse tras la puerta al abrirme.
Su rostro se transformó. Abrió levemente los ojos y separó ligeramente sus labios. Soltó un suspiro y sonrió, llegando hasta mí y abrazándome con fuerza.
- Gracias a Dios que estás bien, Lydia... Yo no te había visto en el sótano al que se suponía que las dos teníamos que ir... -dijo ella y yo solté un sollozo.
Instintivamente, ella se alejó para examinarme mejor el rostro. Su expresión se mostró más preocupada, y estiró de mi brazo para que yo entrara en su casa.
Me llevó hasta el sillón, donde ambas nos sentamos. Traté de aguantarme las lágrimas, tal como lo estaba haciendo cuando estaba junto a Scott, pero el tener que dar la noticia y provocar que el corazón de Malia se rompa simplemente me destrozaba el alma.
- Lyds, ¿qué ocurre? -me preguntó ella. Negué con la cabeza y la tomé de las manos.
Apreté los labios, y por un segundo traté de decirlo pero las palabras no parecían salir, por lo que m mantuve callada..
Malia buscó mis manos para apretarlas, y me miró con los ojos dilatados, preocupada.
- ¿Es acerca de... -se detuvo un segundo y tragó saliva- Stiles? ¿Él esta bien?
Asentí y apreté mis ojos con fuerza. Bajé la mirada, dirigiéndola a mi regazo, intentando calmarme de forma que pudiera decir luego lo que venía.
- A-acabo de... ver a Scott -ella asintió incitandome a seguir. Apreté los labios, gimiendo levemente-. Él no esta bien. Allison, ella... Yo...
Mi voz se cortó de repente. Era incapaz de decirlo.
Malia me miró algo desesperada, asustada. Mordí ligeramente mi labio inferior, ahogando un quejido. Alejé mis manos de las de ella.
- Lydia, por favor... -me rogó ella. Apreté mis labios y la miré esta vez sin poder evitar que mi cara quedara empapada.
- No se-sé que pasó -solté, con la voz temblando a medida que pronunciaba cada sílaba-. Ella... Ella... Allison...
Le di una última mirada a Malia, y finalmente sollocé.
- Ella se fue, Mal. Allison falleció.
Fue como si incluso podía ver como el alma de mi mejor amiga se desvanecía. Sus manos comenzaron a temblar, y las escondió para que yo no pueda verlas. Negó con la cabeza.
- ¿De qué mierda estás hablando? -soltó. Aunque logró disimularlo bastante, pude notar lo débil que era su voz- ¡Es una locura! Lydia, es... no es...
No logró terminar de hablar, ya que para ese momento, su voz se había quebrado en su totalidad, y sus lágrimas ya cubrían sus mejillas.
- Yo... yo... -intentó hablar, pero no pudo. Soltó un sollozo que logró hacer que mis oídos dolieran. Hice una mueca.
Mi amiga se levantó y se fue corriendo hasta su habitación. Me paré y la seguí. Al llegar allí, la encontré tirada en su cama, con la cara enterrada en su almohada.
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Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...