Capítulo 92

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20 de Febrero de 1945

Subí a la colina con toda la calma del mundo, por algún motivo no tenía prisa alguna en llegar como las otras veces, o mejor dicho, cómo los otros tiempos.

Las cosas no marchaban bien. Las cosas iban mal en todas partes, y esto me empezaba a afectar de una manera totalmente nueva, no encontraba paz en ningún lugar por que siempre me terminaba sintiendo agobiada.

En casa tenía que soportar ver a Jackson, dejar que me golpee y tratar de que no se excediera, dormir con él y mirar su rostro todos los días cuando sabía que había sido el culpable de mi trauma.

Cuando mis padres venían a visitarnos, al menos lograba relajarme por los primeros cinco minutos, luego empezaban a hablar acerca de la boda y me recordaban cuan miserables serían los días restantes de mi vida.

Malia era otro tema, parecía estar la mayor parte del tiempo en mi casa y empezaba a tener miedo que Jackson sospechará de que ella sabe de lo ocurrido y me castigara por eso, o peor castigara a Malia por eso. Ella trataba de ayudar, daba lo mejor de si para distraerme, aún así no funcionaba. Nunca funcionaba.

Y luego estaba Stiles. De todo el mundo jamás pensé que me sentiría peor estando con él. La culpa me comía viva con tan sólo mirarlo, y lo peor es que ni siquiera podía tratar de cambiar mi forma de ser con él. Y me odiaba por eso.

No podía creer que el lugar que se había convertido en mi escape de la realidad alguna vez, ahora fuera un lugar donde sufría. Stiles estaba lastimado, y no había a otra persona que culpar más que a mí.

Llegué hasta la cima. Noté como Stiles se paraba en el instante que me vio. Lo primero que hizo fue sonreírme de oreja a oreja, recibiéndome de forma cálida, sin poner un sólo dedo sobre mi cuerpo.

Quería que todos sus intentos por hacerme sentir mejor, los cuales notaba, dieran sus frutos. Me sentía estancada en un mismo escalón sin poder avanzar.

Caminamos hasta sentarnos bajo un árbol, el cual nos tapaba del sol radiante que había ese día. Noté como Stiles sacó una hoja y me la entregó.

Miré esta. Ahí me encontraba yo, trazada en lápiz sobre papel. Tenía corazones sobre mi cabello y una sonrisa que ya no era propia de mi rostro.

Sonreí débilmente ante el detalle. Sentí cómo mi corazón se apretaba al ver a Stiles mirándome de una forma algo ansiosa, quizás esperando con todas sus fuerzas que diga algo sobre el dibujo.

- Está precioso -admití. Él sonrió, aunque después apretó los labios. Me guardé el dibujo en el bolsillo de mi abrigo.

Nos quedamos en silencio por un rato, sin decir una palabra. Notaba como Stiles estaba tratando de sacar un tema de conversación. Yo tenía mi mente en blanco.

- Bombón, no sabes lo que me pasó ayer -empezó a hablar, un tanto emocionado. Abrí un poco los ojos e hice un gesto con la cabeza para que siguiera hablando- ¡Una mariquita se posó en mi nariz! ¡Una mariquita!

Apreté los labios hacia él, este me miró con los ojos abiertos.

- ¿Estas bien? -pregunté, tratando de llevar el tema de conversación a un lugar. Stiles separó los labios lentamente.

- Eh, si... Lo estoy, la saqué y la dejé sobre el árbol que esta allá -contó él, noté cómo su emoción iba disminuyendo-. ¡Pero una mariquita se posó en mi nariz! Casi me agarra un paro cardíaco.

Le regalé una sonrisa forzada y bajé la vista sin hallar que decir, empecé a jugar con mis dedos. Stiles se posicionó a mi lado y posó su mirada en mi. No dejaba de observarme por nada del mundo.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora