20 de Enero de 1945
Lydia se encontraba frente a mi, dándome la espalda, yo me mantenía alejado ya que tenía miedo de que se sobresaltara. Cada vez que las cobijas se resbalaban me ocupaba de levantarlas a su hombro para que no sintiera ni lo más mínimo de frío.
La última vez que quise tocarla fue su cabello, la parte del lado de su cabeza, ella por supuesto de sobresaltó y se alejó un poco, que en realidad para mi parecía mucho.
La separación que había entre nosotros no era demasiada, pero si que se sentía mucha, era la distancia que me mantenía alejado de tocarla. Y me estaba matando.
Lydia estaba completamente rota. Si antes no habían logrado que se rompa, ahora sí. ¿Por qué alguien le haría semejante daño? ¿Por qué alguien siquiera podría lastimarla?
No lo entendía. No entendía por qué ella. ¿Por qué quitarle la luz a alguien llena de vida y esperanza? ¿Por qué hacerla trizas cuando ella lo único que quiere hacer es amar y ayudar?
Maldije interiormente cuando una lágrima cayó de mi ojo. Me sentía roto. Si ella estaba rota, yo también lo estaba.
Quería arreglarla. ¿Pero cómo podría arreglar algo roto? Lo que le habían hecho realmente le había afectado, a tal punto que temía de cualquier contacto físico. ¿Cómo podría ayudarla si mantiene siempre cierta distancia incluso conmigo?
Me dolía, claro. Era imposible que aquella cosa no me rompiera, pero la comprendía. ¿Como no tener miedo del tacto cuando aquel idiota de su prometido tocó su piel sin su permiso? Era inevitable.
Me estremecí al pensar en aquello, al pensar en él tocándola, en él haciendo cosas que ella no quería, en él lastimándola.
Pareciera como si de tan sólo imaginarlo el alma se me salía del cuerpo dejando un vacío en mi pecho.
Lydia estaba durmiendo, por lástima se durmió llorando, soltando pequeñas lágrimas que no sabía como responder, ya que no podía abrazarla, ni acariciarla, sólo podía estar a su lado sintiéndome inútil, por no poder hacer nada.
Su cuerpo estaba temblando y noté como estaba llorando, aún así dormida. Si tan sólo pudiera protegerla al menos en sus sueños...
Soltó un pequeño gemido y se movió en la cama, quedando de cara a mí. Se veía disturbada y aterrada. Ya no tenía esa expresión de paz que adoptaba cuando dormía, sino que estaba completamente inquieta e incómoda con ella misma.
Tragué saliva y llevé temerosamente mi mano hasta su mejilla. Ella no hizo nada al respecto, parecía demasiado metida en un sueño profundo que la estaba atormentando.
— Lyds, está bien, está bien... Estoy aquí, nadie te hará daño aquí... —susurré, limpiando su pómulo de sus lágrimas.
Ella abrió los ojos de repente. Inhaló y exhaló repetidas veces, tratando de tranquilizarse. No se alejó de mi mano en ningún momento.
— ¿Estoy bien? —me preguntó, confundida y temblando— ¿Fue...? ¿Fue todo un sueño? —apreté los labios— ¿Jackson... Él...? ¿De verdad lo hizo?
Bajé la mirada, sin ser capaz de soportar su mirada llena de miedo. Ya no había brillo de esperanza en esta.
Lydia se alejó de mi mano y se frotó su cara con las suyas. Soltó un sollozo y maldijo en voz baja.
Luego me miró a los ojos. Sentí su mirada directo al corazón. Apretó los labios.
Ella llevó sus manos a sus brazos y los acarició, como si tuviera frío, aproveché de llevar las cobijas a su hombro cubriéndola más.
![](https://img.wattpad.com/cover/81689071-288-k337300.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...