Capítulo 75

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4 de Enero de 1945

Toqué la puerta una gran cantidad de veces, tal como lo había hecho los dos días anteriores. Había venido a distintas horas, y ya empezaba a pensar que Scott realmente me estaba ignorando.

- ¡Scott, sé que estás ahí! -elevé un poco la voz, para que me escuche- ¡Scott!

Sin embargo, parecía como si aquella casa estuviera abandonada. Suspiré de forma pesada.

Apoyé mi rostro sobre la puerta. Cerrando los ojos, de alguna forma sabía que él estaba adentro, pero que no quería abrirme porque estaba molesto conmigo.

- Scott... Sé que estás ahí -volví a decir, elevando la voz para que me escuché-. Sólo... Vendré mañana, tal vez quieras abrirme.

Me separé de la puerta un poco, para ver si un movimiento ocurría sin embargo. Nada pasó.

- Aún me tienes a mi, Scott -volví a decir antes de darme una media vuelta para caminar hacía el lado contrario.

Caminé hasta mi casa. Lo primero que hice al entrar fue sacar una manzana de la canasta con las frutas. La limpié, y luego bajé hasta el sótano. Donde estaba Liam. El niño sonrió al verme, y más cuando me vio entrar con la manzana. Se la entregué.

- ¿Seguro que estás bien con el cambio de lugar? -le pregunté. Él se encogió de hombros, mostrándome que le daba igual.

Liam se sentó en el sillón, y yo me acomodé a su lado.

- Estarás más seguro, aquí corres mucho peligro -le recordé, apretando los labios-. Además, Stiles es adorable, te caerá bien. Es la mejor persona que conozco.

- Lo dices porque estás enamorada de él -dijo y luego soltó una pequeña risa. Entrecerré los ojos y paré en seco, él levantó los brazos como disculpándose. Sonreí.

- No es sólo por eso... Si tan sólo lo conocieras sabrías de lo que hablo, a que se llevarán muy bien -le dije y estiré mi mano para que se levantara del sofá-. Vamos...

Él se levantó y miró hacia arriba con una pequeña sonrisa, sin embargo la borró de inmediato.

- Hey... ¿Que ocurre? -susurré acariciando sus brazos levemente. Él se hundió de hombros y bajó la vista.

- T-tengo miedo de que... Me descubran -si no fuera porque estaba frente a él no lo hubiera escuchado.

- No, no -negué, preocupada-. Tranquilo, pequeño, no te van a descubrir... Estarás seguro allí.

Le sonreí, tratando de demostrarle confianza. Él parecía bastante asustado y triste.

- Te juro que todo estará bien allá arriba. Stiles te cuidará... -le garanticé.

- ¿Que pasa si quiero que tú me cuides? -apretó los labios, como algo avergonzado.

Sentí como si se me derritiera el alma. Sonreí apenas, y acaricié su hombro.

- Stiles y yo te cuidaremos, no tienes de que preocuparte -le dije. Acaricié sus brazos una última vez cuando vi que sonreía de lado.

Me giré quedando frente al resto del sótano, y al fondo de este había un pequeño balón, que por alguna razón debí haberlo dejado aquí. Me giré a Liam con una media sonrisa antes de ir por él.

- ¿Alguna vez has jugado fútbol, Liam? -pregunté agarrando la pelota entre mis manos.

A Liam se le iluminaron los ojos. Sonrió plenamente y asintió energéticamente con la cabeza.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora