Capítulo 40

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17 de Noviembre de 1944

Stiles se movió casi desesperado, empujando su espalda hacia atrás haciéndose que empiece a abrir los ojos debido a como me movía, debido a como me impulsaba hacia atrás.

Me percaté de que me había dormido y por un segundo me exalté, pero entonces pude ver por el reflejo de la ventana que seguía de día.

Luego, entonces, él volvió a empujarme y me incorporé para ver como Stiles apretaba su cara contra la almohada y como ya había dicho impulsaba su espalda hacia atrás, soltaba quejidos y jadeos algo descontrolados y cuando pensé que estaba sintiendo algún tipo de dolor por su resfrío, empezó a sollozar.

Stiles se sacudió esta vez quejándose y moviéndose quedando más derecho, de esa forma noté sus lágrimas.

- No, no, no... Por favor, no -sollozaba temblando, acaricié sus brazos intentando trasmitirle paz-. Por favor, no la lastimen.

No entendía muy bien a que se refería. No sabía si era porque parte de mi seguía somnolienta o porque estaba hablando cosas sin coherencia.

Volvió a sacudir su cuerpo y a llorar aún más fuerte.

- Stiles... -susurré. Acaricié sus brazos intentando despertarlo, pero era en vano.

- Déjenla ir... Me tienen a mi, no la necesitan a ella, no la lastimen, por favor -rogó casi desesperado.

Lo miré llena de preocupación. Sus ojos estaban totalmente cerrados, por lo que parecía que estaba hablando dormido.

Parecía un sueño realmente profundo, ya que nada parecía que podía despertarlo.

- Stiles, tranquilo -comencé a frotar mis manos contra sus hombros, como intentando acariciarlo y despertarlo a la vez. Me desesperé cada vez más cuando vi las lágrimas que caían por su rostro.

- ¡No! -gritó con muchísima fuerza, tanto que hice una mueca. Me exalté y me alejé un poco, pero enseguida volví hacia él, quien seguía moviéndose frenéticamente

Acaricié su cuerpo, angustiada, y lo abracé a mí, sosteniéndolo con fuerza.

- Lydia, no, no -sollozó. Me separé para mirarlo a la cara. Su rostro estaba cubierto de lágrimas-. Por favor, no puedes dejarme... No puedo vivir si no te tengo...

Tomé su rostro en mis manos y lo sacudí apenas, mientras limpiaba sus lágrimas con mis pulgares.

- Estoy aquí, estoy aquí -le respondí, tratando de que no se me cortara la voz.

Él empezó a sollozar con ganas, acaricié sus mejillas sintiendo como me sentía cada vez más débil.

- Stiles -lo llamé, cansada de verlo sufriendo-. ¡Stiles!

El chico se sobresaltó y abrió los ojos. Su respiración estaba agitada, y me miraba sin entender nada, confundido. Llevó su mano hasta mi rostro y lo acarició con el dorso de su mano. Soltó un pequeño suspiro, como aliviado.

- Estás bien. Estás aquí... -susurró. Acto seguido, tomó mis manos y comenzó a besarlas con necesidad.

Miré algo confundida sus movimientos, como empezaba a besar mis manos, moviéndose a mi muñeca siguiendo por besos pequeños e interminables.

Cuando finalmente levantó la vista se limpió las lágrimas en un movimiento veloz, para luego tomarme del cuello y empezar a besarme sin control alguno. Pero no en los labios, simplemente besaba mi cara completa, dejando besos en las mejillas, pómulos, labios, y mentón. Lo tomé por el cuello para alejarlo y mirarlo firmemente.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora