Capítulo 111

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27 de Marzo de 1945

Stiles ajustó sus manos en mis mejillas dejando un suave y delicado beso en mis labios, cuando me alejé le sonreí alzando las cejas.

- Come tu comida, Stiles -apunté hacia el plato que seguía igual de intacto que en un principio-. Lleva así unos cinco minutos.

- Es porque cada vez que voy a comer me miras con esa cara que tú tienes y ¡bam! Se me quita el hambre -respondió.

- Eres un tonto -le dije soltando una risa. Él sonrió de vuelta.

Me senté frente a él esta vez viéndolo comer. Sonreí apoyando mi mentón en mis manos esperando que el plato terminara. De repente, la puerta de la casa de Stiles se abrió de golpe. Ambos sobresaltamos y miramos a la puerta algo alertas, sin embargo al ver a Scott ahí deje escapar un suspiro. Pero al ver su expresión, su mirada y como parecía no tener aire, mi estómago se volvió a contraer.

Stiles miraba a mi amigo con los labios apretados, también intuyendo que algo andaba mal. Compartimos una mirada preocupada y asustada. Tragué saliva.

- Scott, ¿qué ocurre? -me levanté de mi lugar y caminé hasta él. Stiles dejó a un lado su plato con pequeñas sobras.

Él me miró. Conocía esa mirada. Era esa mirada de "tengo que decirte algo y no sé cómo hacerlo", o de "me da miedo decirte lo que ocurre porque sé que te pondrás mal". Y para que Scott haya tenido que verse obligado a subir a la colina, la situación ameritaba a preocupación.

- Stiles, ¿puedo pasar a tu habitación? -le preguntó. Él asintió, y lo siguiente que hizo Scott fue llevarme hasta allí.

Stiles nos siguió de modo que se quedo apoyado en el marco de la puerta mientras Scott me obligaba a sentarme en la cama.

- Scott, ¿que sucede? -repetí mirando como se paseaba de un lado a otro algo nervioso-. Scott.

- Lyds, necesito que me escuches, que estes tranquila... -empezó a decir, negué de un lado a otro.

- Scott, me estás poniendo nerviosa -dije elevando la voz-. ¡¿Que sucede?!

Scott apretó los labios y se giró para ver a Stiles, este le hizo una mueca, pero asintió. Finalmente, se sentó a mi lado. Llevó una mano a mi hombro y lo acarició. Me alejé un poco de él.

- Atacaron a Malia -soltó de repente.

Sentí como si se me cortara el aire y el tiempo se detuviera por un segundo. Mi corazón empezó a latir con más lentitud, sintiéndose pesado dentro mío. Mi cabeza daba vueltas, sin entender que ocurría, necesitando claridad.

- ¿Qué?

- Alguien entró en su casa y la hirió gravemente, Lyds, ella... está en el hospital en este momento, pero no creen que...

Me levanté de repente y empecé a buscar mi abrigo. Stiles me siguió a cortos pasos. Scott suspiró y se quedó sentado sobre la cama.

- Lydia...

- Debo ir. Tengo que verla -acoté antes que Scott pudiera decir algo más.

- Lyds... -esta vez Stiles habló, ambos siguiéndome el paso. Me giré hacía ambos.

- No traten de calmarme -dije a ambos. Estos abrieron y cerraron la boca casi al mismo tiempo. Me giré hacia Scott-. Iré allá ahora.

De repente empecé a sentir como mi pecho dolía, me empecé a sentir ahogada y lleve mi mano a mi rostro para pasarla con rapidez.

A Malia no podía pasarle nada. No, tan sólo no. Malia no. Porque si a ella le ocurre algo yo...

No. Nada de eso. Me niego a pensar que algo puede pasarle, me niego a pensar en una vida donde Malia no este a mi lado. Fue sólo un ataque, uno del que se recuperara, encontraremos un culpable y todo estará bien.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora