21 de Noviembre de 1944
Stiles buscó su camiseta sobre la cama y se la puso. Decepción para mi, ya que quería seguir viéndolo desnudo.
Corrió hacia afuera de la habitación y cuando volvió traía la medicina que Malia le había dado y una cuchara.
— Stiles... No creo que sea necesario, sólo... quiero que te acuestes y... —balbuceé.
— Lydia, no. Estás aquí para que yo te cuide y no para... Sea lo que estuvieramos haciendo antes —dijo él empezando a abrir la botella.
Chillé y me crucé de brazos.
— ¿Entonces no me vas a dejar besarte? —lo miré casi fulminándolo con la mirada. Él suspiró.
— Claro que sí, pero no tanto como antes. No quiero que te empeores...
— Stiles, creo que la verdadera razón por la que estoy hirviendo es por lo que acabas de hacer conmigo —apunté, sin dudarlo.
Stiles se quedó mirándome perplejo unos segundos. No sabía si se sorprendía por lo que me había hecho, o si quizás se sentía culpable.
— ¿Entonces es mi culpa que estés hirviendo de fiebre? —dijo algo asustado. Suspiré y negué con la cabeza.
— No, tonto —reí y me incorporé en la cama apoyándome en el respaldo—. Lo que hacías conmigo sube mi temperatura, sabes... Pero en el buen sentido, no tiene nada que ver con la fiebre, tiene que ver con lo que produces en mi.
Él separo los labios e hizo movimientos afirmativos, entendiendo lo que decía. Yo imité sus movimientos soltando una risa.
— Pero igual debo darte la medicina —apuntó y término de abrirla. Yo suspire, pero finalmente asentí.
Dejó caer el líquido sobre la cuchara, y cuando estaba llena movió esta hacia mi, yo separé los labios para que me diera la cucharada. Cuando lo hizo el mal sabor del jarabe hizo efecto en mi paladar e hice una mueca de asco, pero finalmente la tragué.
Cuando abrí los ojos Stiles tenía la mano apoyada en mi cabello, y la intentaba poner sobre mi oreja. Miró mis labios y llevó su dedo a estos. Soltó una risa y movió su dedo hasta por debajo de estos, fue recién ahí cuando note que había dejado jarabe en el borde de estos, él lo limpió y luego dejó su dedo sobre mi labio.
— Lydia... —susurró él y yo levanté la vista mirándolo.
— Mhh —solo dije como respuesta.
— Puedes abrocharte la camisa... Que ya es difícil para mi aguantarme con tan sólo mirarte los labios —dijo él. Bajé la mirada hasta mi cuerpo, donde claro seguía con la camisa abierta.
Le sonreí de forma algo coqueta, y tomé el cuello de su camiseta, y lo atraje más a mí. Con la otra mano, comencé a acariciar su cuello. Tragó saliva.
— ¿Por qué es tan difícil? —susurré, hablando contra su cuello, asegurándome de que el calor de mi respiración chocara contra su cuello.
Stiles cerró los ojos, sin siquiera moverse.
— Lydia, si volvemos a lo de antes...
— Definitivamente podríamos volver a lo de antes —susurré contra su cuello, dejando un beso sobre este. Stiles suspiró.
— Sabes que no, Lyds.
Tomé mi camisa abierta y me dispuse a sacarmela. Stiles abrió los ojos pero enseguida me tomó de las manos, haciéndome imposible moverme más.
ESTÁS LEYENDO
Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...