Love on a Hill || Stydia

Capítulo 30

13 de Noviembre 1944

Bastaron segundos para que cuando Jackson partiera yo saliera casi corriendo por la puerta para poder, una vez más, subir a la colina, donde sabía que Stiles estaba esperando por mi.

Sin embargo, justo al salir por la puerta, casi me llevo puesta a alguien que pasaba a paso rápido.

Paré de repente para chocarme con Scott, quien estaba vestido con su traje de ejército y llevaba un ramillo de flores en la mano.

- ¡Scott! -grité yo, con una sonrisa, como si fuese una especie de saludo.

- Hey... -se detuvo por completo y me examino, para luego moverse con delicadeza y darme un abrazo que no demoré en responder, habían ya días de desde que no lo veía-. ¿Donde ibas? -preguntó algo extrañado cuando vio que me movía con rapidez.

- Hacia donde Malia -le expliqué con una sonrisa algo tímida. Él rió.

- Lydia, Malia queda para el otro lado -apuntó hacia la otra calle. Cerré los ojos, ¿por qué Dios me hizo con tan poca habilidad para mentir? Suspiré-. ¿Sabes ubicar izquierda y derecha, cierto?

- ¿Acaso crees que soy idiota? -le dije, con una sonrisa, con un tono un poco ofendido y hasta algo desafiante.

Él soltó una risa y negó. Sin embargo, a pesar de su sonrisa, él me miró algo extrañado.

- Estás algo rara últimamente... ¿Te sucede algo?

Bajé la mirada y negué, tratando de esconder a toda costa cualquier movimiento o palabra que salga de mi boca que pueda llegar a delatarme.

- Estoy bien... -susurré y levanté la mirada para darle una sonrisa. Él entrecerró los ojos.

- Apartaste la mirada -confirmó y dio un paso para adelante, me tomo del mentón y puso los mechones detrás de mi oreja, giró mi cabeza para así poder ver todos los sectores de mi cara, luego de un rato se rindió, aún así no alejo los dedos de mi mentón-. Solo haces eso cuando quieres esconder algo.

Apreté los labios.

- No es nada -susurré y moví mi cara de sus manos, para que de esa forma dejará de revisarme.

Hice un movimiento tan rápido, que de alguna forma me extendí hacía atrás, dejando mi cuello expuesto, él dio otro paso hacia adelante y paso su mano por detrás de mi nuca, movió todo mi cabello hacia atrás para poder ver mi cuello con toda la accesibilidad.

Por supuesto que los mordiscos de Jackson seguían presentes.

Tocó mi cuello, por todas partes, como así viendo lo que me había hecho Jackson. Apreté los labios y me alejé completamente.

- ¿Sabes? Lo que haces no es muy bien visto, quiero decir, estamos en medio de la calle, y me andas toqueteando y... -empecé a decir, tratando que se olvidara de lo que vio o que no insistiera más.

- ¿Te lo hizo Jackson? -preguntó de manera firme, apretando su mandíbula.

- Scott, no te preocu...

- Oh, no. Esto está mal, ¡te está haciendo daño! Juro que voy y lo... -empezó a decir, con algo de ira. Negué frenéticamente.