Capítulo 11

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22 de octubre de 1944

- Ya hablamos de esto -empezó una vez más-. ¿Cuando le dirás a tus padres?

Suspiré cansada, le di una mirada para que guardara silencio, pero ella no iba a ceder. Era Malia.

- Vamos, Lydia...

- Él no me ha vuelto a golpear -dije intentando que olvidara el tema. Malia me miró con expresión obvia.

- O me estás mintiendo, o aquellos moretones se están esparciendo y haciéndose notar más -acotó, casi regañándome.

- Bueno... Me caí de las escaleras -respondí para luego soltar una risa al darme cuenta de lo idiota que fueron mis palabras. Malia se sento junto a mi, aún seria.

- Lydia no estoy jugando -me respondió seria-. Vamos, me preocupo por ti.

Me incorporé junto a ella y puse mi brazo alrededor de sus hombros para apoyar la cabeza en uno de ellos igual.

- Y lo aprecio, pero estoy bien -sonreí para que se tranquilizara-. Soy la misma Lydia solo que con moretones.

Intenté bromear, pero ella seguía molesta.

- ¿Me ves cara de broma? -volvió a responder enojada.

Bajé la mirada.

- Lo sé, lo siento... Es que no es para tanto, Mal, lo juro.

Entrecerró los ojos y me miro aún seria.

- ¿Por qué no estas mal? -preguntó Malia y luego sujetó mi mentón y examinó mi expresión-. Te ves feliz, de hecho con más brillo que de costumbre... Pero, Jackson te golpea todos los días, ¿eres... Masoquista?

Me separe de sus dedos y negué de un lado a otro.

- No seas tonta, Mal -respondí riendo-. No disfruto de los golpes de Jackson.

Ella me miró como analizándome, como si estuviera buscando la pieza que le falta a un rompecabezas.

- ¿Qué te traes, Lyds? Te noto... diferente -admitió.

Negué y me encogí de hombros, tratando de restarle importancia.

- De repente, siento que esto podría mejorar, ¿sabes? -le empecé a decir, ella arqueó una ceja- Quiero decir, no todas las personas son iguales... No todos son malas personas. Y por una vez en la vida, siento que de verdad has esperanza.

Ella me miró con los ojos entrecerrados, pareciera como si con esa mirada quisiera que soltara todo lo que pensaba.

- ¿Has conocido a alguien? -volvió a preguntar Malia, yo moví mi cabeza de un lado a otro, negando rotundamente-. ¿Que le esta dando esperanza a mi pequeña pelirroja?

Sonreí.

Si tenía que ser sincera, aquella persona que hacia que la fe y esperanza llegara de un modo a mi corazón, era Stiles. Me había prometido enseñarme a ver las cosas desde un punto diferente de vista. Y aunque todavía no me había enseñado, haberlo escuchado hablar de las cosas de una manera diferente a la que usualmente veo, me había dado un punto de vista distinto.

Mi sonrisa se extendió involuntariamente.

- ¡Hola! -Malia llegó hasta enfrente mio-. Seriamente, ¿puedes salir un momento del planeta Lydia y compartir conmigo?

Negué de un lado a otro y luego miré a Mal, sonreí. Ella volvio a entrecerrar los ojos y esta vez puso sus manos por sus caderas, como si fuera a regañarme.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora