24 de octubre de 1944
- Llegaste antes... -susurre al darme cuenta que me estaba esperando cruzado de brazos.
- ¿Dónde mierda estabas? -fue lo primero que soltó al verme. Su expresión de ira no me dejaba nada tranquila, sabiendo lo que aquello podía implicar.
El desconcierto era bastante grande. Me había pasado de horario. Tragué saliva y traté de tranquilizarme para así poder hablar sin problema, pero me resultaba imposible.
- Yo... Yo... -balbucee moviéndome hacia un lado, intentando pensar bien la respuesta. Pero no se me ocurría.
- Deja de balbucear, idiota -escupió él con desagrado. Acercándose a mí de una manera lenta, causándome más miedo-. ¿Que tu madre no te enseño a modular?
Apreté los labios, incapaz de emitir respuesta alguna.
- ¿Vas a decirme en dónde mierda estuviste?
- Me junte con Malia... Salimos a caminar... Se me paso la hora -logré decie finalmente entre balbuceos estúpidos. Temblé-. Lo siento.
- Así que andabas con esa zorra...
- No hables así de... -me detuve en el momento en que agarro mi cuello con fuerza y me pego a la pared, apretándome a ella.
- Yo hablo de quien quiero como quiero -murmuró, pero de forma firme, en mi oído.
En un intento desesperado, por falta de oxígeno, lo empujé un poco.
Mal, Lydia, mal.
Volvió a presionar, esta vez por los hombros más fuerte que por el cuello.
- Me lastimas... -susurre.
- Muñeca, sabes que lo he hecho antes y que lo volveré a hacerlo si se me dan las ganas -respondió él soltando una risa que me erizo el vello.
- Déjame ir, por favor... -le pedí.
- No hasta que me digas la verdad -repuso él, violentamente-. Te vi por la ventana. Sé que no vienes de lo de Malia, ya que claramente está para el otro lado. ¿Me crees idiota? ¿Crees que puedes burlarte de mí?
Negué de un lado a otro, desesperada y llena de temor a que él me golpeara, una vez más.
- No, no, no... Jackson, lo juro -le insistí rogándole-. Venía de la plaza, Malia se quedó allí... Ella estaba... Esperando a alguien, así que se quedó ahí.
- ¡Deja de mentirme! -me gritó.
Me empujó contra la pared una vez más, y golpeó mi estómago con su rodilla. Chillé de dolor.
- Te juro que estuve con Malia, Jackson -traté de convencerlo, aguantando las lágrimas.
- Estás sudando mucho, se nota que estás nerviosa... ¡me estás mintiendo! -no se rindió.
Negué y solté un sollozo finalmente. Negué, intentando no llorar.
- Lo juro... Jackson, ¿dónde más estaría? -dije esta vez intentando que razone. Aun que era difícil, el maldito hijo de puta no pensaba.
- No lo sé... ¡Quizás con otro tipo! -dijo lo último con más violencia.
Negué de un lado a otro una vez más sin dejar de llorar
- ¡Te he dicho que no me gusta que llores! -Gritó golpeándome una vez más con la pared-. Idiota.
- ¿Cómo quieres que deje de llorar cuando me estás lastimando? -dije sin pensar, tratando de parar las lágrimas que no dejaban de salir.
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Love on a Hill || Stydia
Любовные романыLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...