2 de Marzo de 1945
Apoyé mi cabeza sobre el hombro de Stiles, estirándola hacia atrás. Me encontraba sentada en el hueco que había entre las piernas de Stiles. Sus brazos rodeaban mi cintura y su rostro estaba apoyado sobre mi hombro.
- Es lindo tenerte de vuelta -susurró, acariciando con su cabeza la mía, como si de un cachorro se tratara.
- Nunca me he ido -sonreí, aunque él no pudiera notarlo.
- Lo sé, pero extrañaba muchísimo esto -me dijo, acariciando ahora mi cintura y abrazándome fuerte.
Poco a poco, Stiles me había ayudado a volver a ser la misma de siempre. Día a día íbamos intentando cosas, muy de a poco. Siempre que notaba que me alteraba parábamos. Pero ya hoy en día había llegado a un punto en el que ya casi podíamos hacer todo lo que alguna vez llegamos a hacer.
Stiles era comprensivo, y además de entender y conocer mis expresiones, sabía cómo hacer para calmarme o para subirme el ánimo. Me alegraba poder decir que ahora estabamos ambos bien, tanto yo a cómo él. Acaricié sus brazos sobre mi cintura y me giré para dejar un beso sonoro en su mejilla.
- Había extrañado tus besos innesperados -sonreí y me volví a apoyar en su hombro-. A todo esto, sabes que ya queda casi nada para tu cumpleaños.
Suspiré.
- ¿No vas a dejarlo pasar? -Stiles negó de un lado a otro, poniendo los labios en una línea.
- Nunca, Lyds -respondió dejando escapar una risa-. Vamos, ¿no te da emoción? Este fin de semana serás un año mayor del que eres.
Hice una mueca y bajé la mirada, para decir verdad debería estar dando saltos por que mi cumpleaños se acerca, y de seguro estaría así si no fuera por que ese día no será cómo me gustaría que fuera.
Mamá vino a verme ayer, para platicarme de mi cumpleaños y también acerca de aquella lujosa fiesta que organizará en mi casa con familiares y amigos, que la verdad nadie me toma importancia, simplemente asisten cómo excusa para poder estar socialmente informados de lo que pasaba. Pero nadie de los que asistía allí realmente se preocupaba por mi. Además de mi padre y Malia, claro.
- Bueno... No creo que disfrutaré tanto mi cumpleaños -susurré bajando la mirada. Stiles me movió para que pudiera mirarlo los ojos.
- No, no. Si que lo harás, me encargaré de que disfrutes de tu día especial -me dijo.
Le sonreí con gratitud y besé su mejilla. Luego volví a acomodar mi cabeza sobre su hombro.
- No podré venir por mucho tiempo, ¿lo sabes? -lamenté-. Mis padres seguro estarán encima mío, y bueno en serio no quiero recibir ningún golpe aquel día así que...
- Lo entiendo -asintió él, sonriendo de lado-. El hecho de aunque sea poder verte unos minutos me hará feliz.
Me giré completamente para quedar cara a cara con él. Sonreí sin poder evitarlo y llevé mis manos a sus mejillas, para acariciarlas.
Él sonrió y hizo un corto movimiento para que nuestras narices se rozaran. Stiles llevó sus manos a mi cintura y empezó a dibujar circulos sobre esta hasta que me acercó a él para poder besar sus labios castamente.
- Hagamos algo entretenido -dije llevando esta vez mis manos a sus hombros-. Cómo cuando recién empecé a venir y disfrutabamos de juegos tontos de niños.
Stiles sonrió mostrándome los dientes y levantó las cejas acercándose un poquito, regalándome una mirada divertida.
- ¿Que?, ¿Por que me miras así? -pregunté. Stiles rio.
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Love on a Hill || Stydia
Любовные романыLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...