25 de Marzo de 1945
Malia me recibió con un abrazo antes de hacerme una seña para que entrase a su casa. Le sonreí con educación, como siempre, y me dirigí directamente al sillón, en donde tiré mi abrigo y solté un suspiro.
- ¿Día duro, eh? -se rió ella, viendo como caí rendida en el sofá. Negué con la cabeza.
- Sólo estoy cansada -le garanticé. Ella asintió.
- ¿Quieres algo para tomar? ¿Té, café? ¿Limonada, quizás? ¿Un vaso de agua?Negué de un lado a otro y me incliné poniendo mi mentón en mis manos. Le sonreí.
- Acabo de desayunar, estoy bien -respondí hundiéndome de hombros-. ¿Que tal estás?
- Estoy bien -respondió sentándose a mi lado-. ¿Como ha sido vivir con Scott?, se me hace que normal, digo... Scott y tú han sido como hermanos todo este tiempo.
Apreté los labios y negué de un lado a otro, haciendo una mueca. Malia entrecerró los ojos.- No me digas que pelearon de nuevo -susurró ella, con expresión algo asustada.
- No, no... Nada de eso, estamos bien, más que bien, no fue ese el problema -ella levantó las cejas sin entender, se acomodó mejor en el sofá.
- Entonces... ¿Que ocurrió?- Es complicado... -Malia rodó los ojos y la detuve antes de que dijera algo- De todas formas, hay algo que tengo que contarte, que es mucho más importante que cualquiera sea la cosa que estés pensando sobre el asunto de Scott.
Mi amiga frunció el ceño y se cruzó de brazos, acomodándose contra el respaldar del sillón.- ¿Pasó algo con Stiles? -preguntó esta vez, relajando sus brazos. Noté la preocupación en su tono de voz.
- No... Digo, sí... -la cara de Malia se transformó- Pero no es nada malo. Bueno, quizás sí... Sólo depende desde que punto de vista lo veas...
- ¿Qué es, Lydia? -preguntó ansiosa.
- Estoy embarazada.
Malia separó los labios algo sorprendida, soltó un leve suspiro de sorpresa. Solté una pequeña risa nerviosa y ella de repente soltó una misma.
- Dios, Lydia... -soltó un suspiro, abriendo y cerrando la boca, parecía no saber que decir o como actuar-. Lydia...
Repitió mi nombre con entusiasmo y algo de duda. Estaba sorprendida y confundida, pero podía ver felicidad destellando se sus ojos.
- ¡No puedo creer que seré tía! -soltó de repente, dando un salto hacía adelante y rodeando mis hombros me abrazó. Reí-. Lyds, serás madre... Yo, ni sé que decir.Abracé su cuerpo con mis manos, rodeando su cintura y apoyando mi mejilla en su hombro. Sonreí.
- Pues no digas nada... -respondí. Ella rió y apretó más el agarre-. También mi reacción fue así, y la de Stiles también, así que... Es normal.
Me separé de ella, y no paró de sonreírme. Sin embargo, en sus ojos se notaba que había algo que la inquietaba. Solté un suspiro.
- Dime.
- ¿Qué? -hizo como si no tuviera idea de lo que estaba hablando.- Vamos, Mal. Sé que hay algo que te esta inquietando -dije y ella suspiró.
- No quiero arruinarte la felicidad que, a propósito, yo también tengo, pero te das cuenta que esto también se convierte en un problema, ¿verdad?
- Lo sé, soy consciente de aquello -admití. Ella apretó sus labios-. Es sólo que trato de evitar fijarme en eso ahora. Pero supongo que es imposible, pensando que el padre del niño es judío.
Malia apretó los labios y bajo la mirada, miró sus manos, parecía estar algo triste por aquello.
- Detesto que aquella noticia que debería brindarte felicidad, no te la brinda por la culpa de esta guerra -dijo ella algo apenada-. Digo, estás feliz, si... Pero piensas también en la parte negativa, y tú Lyds, no mereces eso.
- Bueno, es la vida que nos tocó vivir... Stiles, me hizo entender que no debería odiarla, de aquel modo me hizo conocerlo, y enamorarme y ser... Feliz -Malia levantó la vista y sonrió, traía algo de pena, pero en su mayoría estaba feliz-. Y hay que mantenerse positivo, tendré un bebe y aquello me vuelve loca y me mata del susto, pero al mismo tiempo me mantiene feliz, porque... Es algo que yo y Stiles hicimos y es sólo nuestro hijo.
Malia puso sus manos en mi regazo donde unió sus manos con las mías.
- ¡Serás madre! -dejo escapar esta vez con una gran emoción-. ¡Seré tía de esa criatura!, ¿Puedes creer eso?
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Love on a Hill || Stydia
RomansaLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...