14 de Diciembre de 1944
Me guió hasta su casa, sin dejar de abrazarme en ningún momento. Yo no quise ni levantar la vista del suelo.
Cuando llegamos, él me acompañó hasta su cuarto, donde me obligó a meterme bajo sus sábanas. No me negué, ya que estaba muerta de frío.
- Stiles... -susurré, llamándolo-. No quiero molestar, pero... He venido sin siquiera intentar curarme los moretones. Yo sólo quería saber si podrías ir a buscarme agua fría, la del lago, para evitar que el moretón no sea tan feo.
Él asintió y se acercó para besar mi frente.
- Espérame aquí, volveré enseguida.
Cerré los ojos cuando me di cuenta que él ya había salido de la casa para ir a buscar agua. Bastaron segundos para que yo volviera a recordar todo lo reciente pasado, los golpes de Jackson, sus palabras, y finalmente recuerdo como me encontraba frente al espejo, toda rota, las marcas de moretones, rastros de sangres y el vestido roto y manchado.
- M-me... quiero -intenté decir pero me di cuenta que no me lo creía, y una frustración gigante se apoderó de mi. Solté un sonoro sollozo y golpeé la cama-. ¿Como podría quererme? Soy patética...
Al rato después, sentí los pasos provenientes de Stiles, me giré y limpié mis lágrimas fugazmente. No quería que él se sintiera peor y sabía como se ponía cada vez que me veía mal.
- Lyds... Acá esta todo -me dijo este moviéndose hacía donde me encontraba, cuando llegó frente a mi acarició mi espalda-. Hey... Déjame curarte.
Me volteé lentamente con la mirada baja, intentando no encontrarme con sus ojos que estaba segura que me harían derramar todas las lágrimas que aún no había soltado.
Se acomodó en la cama a mi lado y levantó mi rostro, pero su mirada no estaba en mis ojos, sino que en mi pecho descubierto, ya que Jackson me había roto el vestido. Vio las marcas que dejó en mi cuerpo con sus labios.
- ¿Él... te tocó? -me preguntó y pude hasta oler el miedo que sentía en ese momento.
- No llegó a hacerlo, no... del todo -le respondí sin encontrarme con su mirada. Casi escapando de ella.
Su expresión se relajó por un par de segundos, pero luego negó de un lado a otro para acercarse al balde de agua. Al darse cuenta que no tenía con que mojar mis marcas, tomó el borde de su camiseta y tiró de ella, cortando del borde de esta y dejando un agujero.
- Stiles... -intenté decir, pero él negó.
- No hay tiempo para empezar a buscar cosas, hay que curarte... Ahora calla y déjame limpiar tus heridas -asentí lentamente, de alguna forma u otra una sonrisa salió de mi cara de todos modos.
Él alejó mi cabello de mi pecho y cuello y empezó a mojar las marcas de mi cuerpo, para luego empezar a mojar las de mi rostro, el mentón, la nariz y el pómulo sobre todo. Yo sólo mantenía los ojos cerrados mientras él se movía limpiando todas y cada una de mis heridas.
- Ahora te sacarás ese vestido -dijo este con un tono de tranquilidad que me sorprendió bastante ya que no era algo como si fuera tan simple decirlo. Se levantó y fue hacia su baúl para luego buscar entre sus cosas y traerme una camisa y unos pantalones holgados de él-. Ponte esto... Yo voy a salir, cuando estés lista me avisas para entrar.
Iba a salir, pero lo detuve a medio paso agarrando su muñeca.
- Quédate -él pareció algo aturdido y se giró hacia mi con la mirada confundida-. Stiles, hablo en serio, si me vuelvo a quedar sola un minuto, yo... perderé la cabeza.
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Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...