15 de Diciembre de 1944
No sabía si era la adrenalina, o quizás los nervios provocaban algo raro en mí, o incluso era algo hormonal, pero corrí como nunca antes había corrido.
Aún así, no fue suficiente. A unos pocos metros de llegar a la casa, Stiles llegó por atrás mío, casi pisándome los talones, y me tomó por la cintura, provocando que parara.
Me guió hasta un árbol, donde me apoyó. Sin advertencia, comenzó a besar mis labios con ternura. Mi corazón latió como loco.
Para él era algo común, solíamos hacer carreras donde el fin era acorralar al otro y besarlo de cualquier manera posible. Sin embargo, yo estaba demasiado alterada para tomar ese beso como uno casual.
Este era mucho más significativo para mi ya que estaba malditamente caliente por el sueño, agregando que lo vi malditamente mojado y malditamente desnudo y había sido una mañana donde había dicho y pensado muchas groserías.
Stiles llevó sus manos a mi cintura y noté como empezó a acariciar esta con delicadeza. La toalla que estaba por sus hombros cayó al suelo, lo cual lo dejaba de nuevo con todo el torso y espalda descubiertos.
Ahora estaba malditamente necesitada de tocar su espalda, también.
Me animé y lo hice. Llevé mis manos a su espalda y comencé a acariciarla. Stiles sonrió contra mi boca en el momento en el que lo hice.
Oh, oh. Stiles se separó de mis labios, y empezó a besar mis comisuras para bajar a mi mandíbula. Oh, mierda. Llegaba a tocar mi cuello con sus labios y yo estaba perdida.
No podría controlarme. Adiós virginidad hasta el casamiento. Aunque, bueno, hipotética o técnicamente, estábamos casados... Mierda. Tenía que detener esto.
- Hey, hey, Stiles -balbuceé para tomar su rostro entre mis manos-. Ibamos... A la casa, yo... Hay que ir.
Él entrecerró los ojos y se alejó de mi, aún manteniéndome apegada al arbol. De forma que sólo pudiera ver mi rostro, yo le di la mejor sonrisa falsa que pude encontrar.
- ¿No quieres que te bese? -preguntó. Negué casi frenéticamente, un movimiento que aprendí de él.
- Claro que quiero, bombón... -susurré yo, acariciando sus mejillas, con terror de que pensara algo diferente-. Es sólo que... Tengo que buscar mi vestido, ver si tiene arreglo...
A Stiles se le iluminaron los ojos, y hasta sus mejillas tomaron un color rosado. Buscó mis manos y las apretó.
- Tengo una sorpresa para ti -admitió, con una sonrisa de niño emocionado. Yo le devolví la sonrisa, aún sintiendo mi corazón a mil, y sin poder sacarme de la cabeza de ninguna forma aquel sueño que, Dios, sí que había disfrutado.
Él me guió hasta la casa de nuevo, donde entramos y soltó mi mano haciéndome un movimiento con su mano para que esperara en su habitación. Lo hice jugando con mis pies e intentando poder calmarme.
Cuando volvió traía el vestido entre sus manos, este estaba doblado y finalmente cuando llegó frente a mi, lo soltó para mostrarmelo: estaba más limpio de lo que ayer estaba, aunque aún así tenía pequeñas mañanas. El corte que Jackson había provocado ya no estaba, y en su lugar había una pequeña cosida de un color más claro que el del vestido.
- Yo intenté arreglarlo, sé que no quedó como querías y mucho menos como estaba, pero al menos algo es algo... -mi mirada estaba perdida en el vestido, mis ojos dilatados y lo escuchaba-. De pequeño siempre supe como hacer estás cosas... Solía coser mi ositos peluche, cuando papá los rompía y no lo sé, sólo quería que tuvieras el vestido de vuelta.
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Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...