Capítulo 90

667 67 90
                                    

Punto de vista: Stiles

1 de Febrero de 1945

Estaba sentado junto al árbol, como todos los días, esperando por la llegada de Lydia. Ya era tarde y me había planteado la posibilidad de que ella no viniera, pero aún así quería esperarla.

Mentiría si dijera que no me encontraba destruido por dentro. Parecía como si Lydia hubiera perdido toda la luz que llevaba adentro, junto con toda su esperanza.

Me dolía pensar que quizás así se quedaría por siempre. Me dolía pensar que quizás ella nunca más tocaría mi mano, acariciaría mi rostro o besaría sus labios.

Extrañaba muchísimo sus abrazos. Habían pasado como dos semanas, si no estoy tan perdido, sin recibir un abrazo de su parte o un beso. Y lo entendía, pero aún así la necesitaba. Necesitaba mucho de su amor y de su cariño, y el hecho de no tenerlo me entristecía.

Pero debía ser fuerte. Debía pensar en positivo y ayudarla a recuperarse.

Lydia estaba mal, pero no siempre lo estaría, sé que con mi ayuda se recuperaría, tarde o temprano lo haría y la esperaré y volveremos a ser igual de feliz a cómo eramos antes.

Nada puede hacer que me aleje de Lydia, ni siquiera el hecho de que no sea capaz de tocarme, ni siquiera su frialdad. Ella sabía que yo la amaría por siempre, y sé que ella también lo hace.

Tiré mi cabeza hacía atras pegando esta al arbol, cerré los ojos y llevé mis manos a la cara. Ya se hacía de tarde y Lydia no había venido, y probablemente no vendrá.

Pase mis manos por mi cara con frustración. No iba a llorar, no de nuevo. Había guardado exclusivamente cualquier lágrima que saliera de mi para las noches, donde Lydia no tenga la oportunidad de encontrarse conmigo llorando.

Escuché pasos desde la parte baja de la colina y me saqué las manos de la cara y me levanté el segundo. Aún tenía la pequeña esperanza de que se tratara de Lydia.

Me acerqué para ver mejor, agradeciendo que Lydia haya venido por lo menos a verme un rato. Sin embargo, no fue Lydia la que apareció, sino que Malia

Mi corazón empezó a latir. ¿Qué hacía Malia sin Lydia? ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si estaba lastimada? ¿Y si no puede venir más?

Solté un quejido ante mis planteos y ante lo paranoico que me estaba volviendo. Malia se acercó a mí y me sonrió de lado. Venía con una bolsa en la mano.

- Hola, Stiles -me saludó.

- ¿Lydia está bien? ¿Le pasó algo? -fue lo primero que pregunté. Ella levantó las cejas y apretó los labios.

- Está bien, en lo que sé -me dijo y solté un suspiro, sintiéndome más aliviado-. ¿No vino hoy?

Apreté los labios y bajé la mirada, algo entristecido. Negué con la cabeza. Acaricié mi brazo.

- Hay días en los que ella no ha venido, ya sabes... Está un poco distante y... -me rasqué la nuca, no sabiendo si estaba hablando demás. Quizás Malia no sabía de lo que le había pasado a Lydia.

Antes de que pudiera seguir hablando, se acercó a mí y envolvió su cuerpo con mis brazos. Me sorprendí bastante, ya que mi contacto con ella era casi nulo. Sin embargo, le correspondí.

- Sé por lo que estás pasando, Stiles -me dijo, abrazándome-. Pero Lydia volverá a nosotros. Estoy segura.

Al menos ahora sabía que ella era consciente de todo lo que ocurría, cerré los ojos y respondí al abrazo tratando de contenerme.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora