10 de Noviembre de 1944
Me quedé sentada con las piernas cruzadas, mientras miraba atentamente como Stiles dibujaba líneas, puntos y redondeles en una hoja del cuaderno que yo le había regalado.
Stiles subía y bajaba la vista para mirarme atentamente y luego traspasar lo que veía en aquella hoja en la que tan concentrado se encontraba. Mi sonrisa no se iba a ningún lado: me gustaba demasiado verlo de esa manera, sacando apenas la lengua, con una expresión tranquila.
- Ya estoy por terminar -susurró él, sin dejar de dibujar y sin levantar la vista.
- Tómate todo el tiempo que quieras, créeme que esto no me molesta en absoluto -le dije con toda sinceridad.
Stiles sonrió sin mostrar los dientes y cerró un segundo los ojos. Levantó la vista para verme a mí. Le guiñé un ojo y solté una risa, él siguió dibujando y finalmente me dio una sonrisa de satisfacción.
- ¿Ya lo terminaste? -pregunté y él asintió, me levante de golpe y me lance a su espalda-. Muestra, muestra.
Él rió y me mostró el dibujo. Lo tomé en mis manos y lo aprecié de cerca. Una vez más era el dibujo más lindo que había visto, ya que claro, todos los de Stiles son hermosos.
- No tengo lapices de colores, si tuviera sería más lindos -comentó y yo rodeé su cuello besando sonoramente su mejilla.
- Esta perfecto, tonto, no vuelvas a pensar que algo podría hacerla más lindas, porque está perfecto -él se giro a mi y me sonrió, me acerqué lentamente hasta besar sus labios, él me respondió al minuto dándome un beso simple, cuando me alejé me sonreí-. Pero si quieres puedo traerte lápices de colores.
Stiles asintió algo emocionado y se giró por completo esta vez besando cada sector de mi cara, yo reía.
- ¿Tú tienes? -preguntó- Lydia, si me traes te lo agradecería muchísimo.
Lo dijo con una emoción que logró tocarme el alma. Y definitivamente hasta pagaría por ver siempre aquellos ataques de emoción y felicidad que a veces él tiene.
Con mi rostro en sus manos, me sonrió con plenitud y siguió dejando cortos besos en mi cara. Uní mis manos detrás de su espalda, abrazándolo a mí.
- Me haces más feliz de lo que alguna vez pensé que podría llegar a ser -susurró tras un prolongado beso en los labios.
Solté una pequeña risa y acaricié espalda con ternura.
- Stiles... Son sólo lápices -repuse yo, sin dejar de sonreír.
Él negó y bajó sus manos hasta mi cintura, donde las afirmó con suavidad. Apoyó su frente en la mía.
- No es sólo por los lápices, Lyds -dijo él, y llevó una mano hasta mi rostro, para luego con su dedo índice acariciar mis labios.
Las comisuras de mis labios se tornaron hacia arriba, bastante cohibida ante lo que él me decía. Acerqué mis labios hasta los suyos, sólo para recibir un simple roce por su parte. Pero ese simple roce era suficiente para que mi alma empezara a rogar por más, mientras millones de emociones recorrían por mis venas.
Así que llevé su mano a mi mejilla para que luego él empiece a acariciarla lentamente mientras esta vez separaba los labios para poder unirlos de una manera que a mí me gustaba más.
Cuando nos separamos, acaricié su nariz con la mía y él hizo lo mismo, luego me alejé para quedar frente a él.
- ¿Cuando me dejarás dibujarte? -cuestioné. Él soltó una risa.
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Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...