2 de Enero de 1945
Jackson cerró la puerta, luego de comerse todo el desayuno que había preparado. Con un suspiro me di media vuelta y recogí pan y unas cuantas frutas, más un vaso de leche. Puse todo en una bandeja antes de agacharme para abrir la puerta del sótano, donde baje las escaleras con cuidado.
Al verme, Liam se levantó del suelo. Se quedó parado, mirándome. La pequeña luz tenue que había en el lugar provocaba que no lo pudiera ver con tanta claridad. Me acerqué hasta él, y le dejé la bandeja en una especie de mesa ratona que nadie usó durante años.
- Jackson se fue -le comuniqué-. Puedes ir al baño, si quieres.
El pequeño asintió un par de veces, antes de salir corriendo escaleras arriba, para ir al baño. Me senté en el sillón, dónde el dormía. Liam no tardó en volver. Lo recibí con una sonrisa. Él se arrodilló al lado de la mesa ratona, empezando a devorar lo que le había preparado.
Empezó a comer con prisa, casi ni siquiera dándose tiempo para respirar, me di un momento para recordar como fue los primeros días que le lleve comida a Stiles, donde él comía con avidez, como si no hubiera un mañana. Por supuesto al igual que Stiles, Liam no debió haber comido bien hace un gran par de días. Si es que no era más que eso.
Cuando finalmente terminó de comer todo lo que le había traído, levantó la vista y me miró algo tímido.
- ¿Puedo pedirte un poco más de comida? -me pidió y sonreí antes de asentir.
- Por supuesto -tomé su mano y lo llevé con cuidado hacia arriba, donde lo obligué a sentarse para prepararle algo más-. ¿Que es lo que quieres?
Él negó de un lado a otro.
- Lo que sea... Yo sólo quiero comer -volvía a sonreír y me volteé para ver el cesto de frutas, tomé una manzana y una naranja, para luego dejarla frente a él.
Él sonrió una vez más antes de volver a comer. Se quedó observando la casa, mientras comía las frutas. Notaba como miraba todo con gran asombro.
- Vaya... -suspiró, dándole un último vistazo a todo- Es una gran casa.
- Gracias -sonreí, agradeciéndole-. Era de mis padres, hasta que bueno, me dejaron viviendo aquí, con Jackson...
- ¿Tus padres no te quieren? -preguntó él, en toda su inocencia. Apreté los labios y me encogí de hombros.
- Son mis padres, supongo que me quieren. Sé que mi padre lo hace, pero no estoy segura de mi madre -le conté, apoyándome sobre la mesada de la cocina.
Liam me miró algo confundido, como si hubiera algo que no le cerrara en su cabeza.
- ¿Pero por qué te dejarían vivir con alguien que no quieres? -me preguntó.
- ¿Por qué dices que no quiero a Jackson?
Liam abrió la boca, pero luego la cerró. Apretó los labios, y dejó los restos de la manzana sobre la mesa. Suspiró y bajó un poco la cabeza.
- Es sólo que... No pude evitar escuchar gritos anoche -confesó, como si estuviera avergonzado-. Digo, eran tus gritos, tu llanto, eran los de una chica... ¿Por qué querrías a alguien que te lastima? ¿Él te lastima, no?
Bajé la mirada y apreté los labios.
- Si, lo hace... -llevé mi mano a mi cabello, tratando de esconder la reciente vergüenza que había tomado posesión de mi cuerpo-. Pero esta bien, estoy acostumbrada.
- Sé lo que se siente estar acostumbrado a los golpes -me dijo él y al levantar la mirada noté que sonreía. Por primera vez sonrió mostrando los dientes-. De todas formas, pienso que él es el equivocado, tú eres una chica linda y él... No lo he visto, pero sé que es una mala persona, ¿sabías que las malas personas pagan sus errores algún día?
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Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...