15 de Diciembre de 1944
Di vuelta en la cama por una milésima vez. Me resultaba imposible conciliar el sueño, y notaba como Stiles estaba de la misma manera que yo.
Me giré hasta que estaba cara a cara con él. Suspiré, cansada.
- ¿Tú tampoco puedes dormir? -susurré, con todo mi cuerpo, a excepción de mi cabeza, bajo las sábanas.
A través de la luz de la luna, pude ver que él me sonreía de lado. Buscó mis manos por debajo de las frazadas. Entrelazó nuestros dedos.
- No he podido pegar un ojo -admitió él.
- ¿Crees que es porque estamos durmiendo juntos? -pregunté algo aterrada.
Stiles me sonrió, y luego negó. Lo hizo de una forma que yo notaba que buscaba dejarme tranquila.
- Lo que yo creo es que nos quedo algo pendiente -susurró, acercando su rostro muy lentamente al mío.
Levanté una ceja soltando una risa, lo miré con expresión confundida.
- ¿Que insinúas, bombón? -pregunté logrando que gracias a nuestra cercanía, nuestros labios se rozaron cuando hablé. Él lo notó y dejó escapar una tierna sonrisa.
Finalmente rompió el contacto y dejó sus labios chocar con los míos. Fue cuestión de segundos cuando sentí sus manos llegar a mi cintura. Yo en mi lugar empecé a recorrer su mandíbula con mis dedos.
El beso no tardó en volverse de algo totalmente suave a algo más apasionada, a algo más salvaje. Sentía cómo su cuerpo hacía presión contra el mío de manera que este pudiera quedar abajo del suyo y él pudiera tener todo el control de la situación. Lo dejé.
Stiles no demoró en dejar besos por el contorno de toda mi mandíbula, mejilla, ojos, labios y cuello. Eran besos lentos y mojados que me causaban escalofríos.
Llegué a un punto donde me empecé a aferrar de su cabello con fuerza, como si mis dedos se dejaran abrazar a sus cabellos que caían apenas por su nuca.
- Stiles... -susurré sin siquiera tener consciencia completa de lo que decía. Él en respuesta besó más intensamente.
De mi cuello llegó a mi hombro donde empezó a tirar de su camiseta para poder besar este. Cansada de todo esto, fui yo la que en un movimiento me saqué la camiseta, para luego lanzarla a otra punta. Stiles paró en seco y llevó sus dedos a mi rostro, donde acarició de un lado a otro.
- Eres hermosa...
- ¿Aún con todos los moretones y he...? -llevó su dedo a mi labio. Callándome
- Tus cicatrices te hacen aún más hermosa... -respondió.
Él volvió a juntar nuestros labios, y yo en el momento cerré los ojos, aún más cuando llevó sus manos hasta mi espalda totalmente desnuda, si no fuera por la ropa interior.
- Espera -susurré-. ¿Eso significa que te gusta verme herida?
Stiles abrió los ojos, y negó frenéticamente, aterrorizado ante la idea de que yo piense eso.
- No, Lyds. Lo que quiero decir es que muestran lo fuerte que eres por dentro, tu capacidad para soportar tanto, no importa qué. Esa fuerza te hace más linda -me explicó, acariciando con el dorso de su manos mis heridas, con suma delicadeza.
Le sonreí débilmente, y él me sonrió. Se acomodó bien por encima mío. Mis piernas estaban a los costados de las suyas, y su rostro estaba a la altura del mío, un tanto más arriba. Sus manos se perdían en mi espalda, siendo las protagonistas de infinitas caricias que me hacían querer rogarle por más.
ESTÁS LEYENDO
Love on a Hill || Stydia
RomanceLas esperanzas de vida de Lydia son pobres. Las de Stiles también lo son. A pesar de que compartan aquello, sus vidas son totalmente diferentes. Cuando sus caminos se crucen, se darán cuenta de que eran exactamente lo que necesitaban para ser feli...