Capítulo 55

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6 de Diciembre de 1944

Caminé hasta lo de Malia, notando como el cielo amenazaba con empezar a llover. Maldije internamente, ya que eso significaba que, si era muy fuerte la lluvia, Stiles tendría que volver a usar las cubetas para detener el agua. Llegué hasta lo de mi amiga. Toqué la puerta, pero nadie atendió. Me decidí por entrar de todas formas, agradeciendo que está no estaba trabada.

Me paré en seco al escuchar unos sonidos raros, bastante extraños, y peculiares, venir desde la habitación de Malia. Me fui acercando poco a poco, escuchando como los sonidos se volvían más intensos.

Oh, por Dios. Eran gemidos.

¿Malia estaba saliendo con un chico, y no se había atrevido a decirme? ¡No podía creerlo!

Iba a empezar a subir, pero me detuve. Tal vez no debería subir, si ella estaba con un chico era su cosa, ella sabría si decirme o no. Aunque la curiosidad mato al gato. Sin poder evitarlo empecé a subir los escalones esperando a que Malia y el susodicho estén vestidos. Llegué hasta la puerta de su habitación que por suerte o por desgracia se encontraba entreabierta. Suspiré antes de ubicarme ahí para mirar bien. Y fue entonces cuando me di cuenta de lo que sucedía. Mi mandíbula cayó al suelo y mis pómulos empezaron a temblar.

No sabía si estaba asustada, sorprendida o dolida. Pero fue una mezcla de sentimientos al presenciar lo que veía. Malia estaba besándose, gracias a Dios vestida, pero su cuerpo estaba sobre el de una chica.

Malia estaba besando a una chica.

Mis rodillas flaquearon y tuve que agarrarme de la puerta para no caer al suelo. Por desgracia esta chilló al momento en el que presioné. Eso hizo que tanto como Malia y como la chica se separaran para mirarse y luego voltear a mi.

Los ojos de Malia se abrieron igual que su boca y se alejó por completo de aquella chica. Aquella chica que yo me dedique a analizar: Tenía el cabello oscuro y piel blanca, rasgos asiáticos y de estatura pequeña.

— ¿Qué...? —Malia susurró, viéndome con un terror incomparable— Oh, no. No, no, no.

Me alejé de la puerta y empecé a correr hacia la puerta. Sintiendo como Malia corría tras mío.

— Lydia, ¡no! Por favor, ¡espera!

Era mucha información por asimilar. ¿Qué hacía Malia besando a una chica? ¿A ella le gustaban las mujeres? ¿Era homosexual? ¿Por qué ella no me había dicho nada?

Sentí como mi corazón empezaba a latir con tanta fuerza, que ni siquiera supe a donde ir, simplemente me eché a correr y como mis pies parecían sólo tener una dirección no me sorprendí cuando me estaba dirigiendo a la colina.

Llegué a la cima rápidamente, dejando a Malia muchísimo más atrás. Sabía que ella probablemente no me seguiría. Me dejé caer al llegar a la cima, tratando de recuperar el aire. Noté la presencia de Stiles a tan sólo unos metros, quien había salido de entre los árboles. Me miró preocupado al verme tan agitada.

Se acercó hasta a mí y se agachó a mi lado.

— Lyds, bombón, ¿estás bien? ¿Estás lastimada? ¿Te hizo daño Jackson? —me preguntó.

Él llevó sus manos hasta mis mejillas y las acarició. Puedo jurar que en el momento en el que me miró de aquella forma con sus ojos mieles, mi mente viajó hacia otro lado, olvidando la razón por la que fui.

Él acarició mi mandíbula y nuca lentamente, mientras veía como yo daba fuerte bocadas de aire para recuperar este.

— ¿Fue Jackson? —negué de un lado a otro, cosa que lo hizo entrecerrar los ojos sin entender, sin embargo yo con suerte podía respirar—. Sabes que, ven... Debes tomar agua.

Love on a Hill || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora