"The First Time I Saw You" (WayHaught)

Capítulo 1

— ¿Me dan permiso, por favor? —repito en diversas ocasiones mientras intento hacer espacio entre el gentío que rodea la pizarra con los resultados que tanto he esperado.

Después de varios empujones y chicas quejándose por el extremo embotellamiento, logro llegar hasta mi objetivo y comienzo a buscar mi nombre en él

Gregor, Carl.

Gummer, Samuel.

Halley, Lauren.

Haught, Nicole.

Aquí está. Sigo la línea que procede de mi nombre y apellido y la sigo con el dedo índice hasta la columna de "Destino A Cubrir".

Que me toque Purgatory.

Que me toque Purgatory.

Que me toque Purgatory.

Mi dedo llega al borde final de la hoja y abro lentamente mi ojo izquierdo y leo la palabra: Purgatory...

¡SIII!

Una sonrisa se forma en mi rostro, y como no hacerlo si ese es justo el lugar al que quería ir. Siempre procuré ser la mejor en la clase ara impresionar al Sheriff Nedley. Y lo conseguí.

¿Pero porque quiero ir a ese pueblo del que han huido más de 7 ayudantes de Sheriff?

Pues justo eso. El querer saber que ocasionó sus intempestivas huidas, quizás sean pistoleros al más puro estilo de las películas de vaqueros que ejercen su ley haciendo de él un lugar ingobernable, todo eso me da bastante curiosidad, o lo que yo llamo "sentido de aventura". Purgatory es un pueblo poco conocido –por no decir nada- por las personas ordinarias del mundo exterior, pero para nosotros los policías y amantes de las historias Western, Purgatory es un lugar misterioso por haber sido el hogar de Wyatt Earp, el más grande pistolero jamás conocido del Viejo Oeste, y también por las cosas raras que han sucedido últimamente en ese territorio, ese al que he sido asignada.

Voy lo más rápido que puedo hacía mi coche, lo enciendo y me dirijo a casa mientras sopeso en mi cabeza la información que he logrado recabar acerca de la familia Eart, o lo que queda de ella, ya que solo quedan 3 descendientes a los cuales espero conocer, eso me pone terriblemente ansiosa y no sé la razón.

Llego a casa, tomo las dos maletas que están en la parte superior del closet, las abro y deposito en ellas las pocas mudas de ropa que conforman mi guardarropa. Las cierro y me dirijo con ellas hacia la puerta no sin antes echar un último vistazo a la pequeña casa que fue mi "hogar" durante los 4 años que duró la escuela de policías.

Exactamente el mismo tiempo que tiene que mis padres no aceptaron mi orientación sexual ni apoyaron mi sueño de ser policía, me repudiaron y consideraron mediocre mi meta. Pero aquí estoy, siendo la mejor de mi generación dándome la oportunidad de ir a un lugar misterioso en el que siempre he estado atraída, por lo que, creo que por primera vez he salido victoriosa en algo que realmente quiero.