¿Cenamos?

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Narra Mónica

Casi no había dormido esa noche. Estuve pensando en las palabras de Patri y en que tenía razón, pienso demasiado las cosas. Creo que ese fue el principal motivo por el que no funcionó mi última relación. Estuve casi 5 años con Marta, una redactora de Antena 3. Los primeros años fueron fantásticos, nos entendíamos muy bien, nos divertíamos juntas, y todo lo tenía controlado. Pero hace poco más de un año un reportero nos hizo unas fotos, bastante explícitas, mientras paseábamos por una playa de Alicante. Gracias a mis contactos en el mundo del periodismo conseguí frenar su publicación y no salieron las fotos. Pero la sola idea de que se pudieron haber publicado me paralizó y no supe gestionarlo bien. Desde ese momento pensé cada movimiento y preparé cada plan con Marta minuciosamente. Me olvidé de improvisar. No disfrutaba del momento, solo podía pensar en que alguien nos estaba observando. Y poco a poco Marta se fue alejando. Ella me repetía que no quería esconderse, que no estábamos haciendo nada malo. Y yo no lo veía así, repetía una y otra vez que solo quería proteger nuestra intimidad. Pero me olvidé de proteger nuestra relación.

Me dolió terminar así, pero no fue traumático. En el fondo sé que nunca estuve enamorada de ella. Nos entendíamos, sí, y pasamos unos años muy bonitos juntas. Pero las dos sabíamos que ese romance no tenía futuro.

Desde entonces no he vuelto a tener una relación con nadie. Alguna noche de pasión con alguna que otra chica, pero nada que durara más de dos citas. Pero la no-cita con Vanesa me inquietó. Casi no la conozco y no sé si tiene algún sentido que empecemos a vernos, pero me gusta. Y quiero explorar esa opción.

Pasé toda la noche pensando, no puedo evitarlo. Y mi cabeza me dice que espere, que me tome las cosas con calma. Pero después de hablar con Patri decidí, por una vez, ir contra mi cabeza y ver qué pasa. Así que a las 6 de la mañana compré un billete, llamé a mi amiga Bea para ver si podía quedarme esta noche con ella y me dirigí rumbo a Atocha para coger ese tren.

Me dirigí al vagón cafetería. Necesitaba urgentemente un café. De lejos vi a la amiga de Vanesa, Ana creo recordar que se llamaba, y al verme se levantó de golpe. Me reconoció al instante y tras una mirada y una sonrisa de complicidad, se alejó de la mesa. Vanesa estaba sentada de espaldas a mí, así que di unos pasos para acercarme. Era el momento de echarle valor al asunto.

- ¿Está libre esta silla? - le susurré tras tocar su hombro sutilmente.

- ¿Mónica? - su cara de sorpresa me pareció muy divertida. A pesar de sus ojeras estaba guapísima, no voy a negarlo - claro, siéntate por favor. Qué alegría verte - me dijo tras darme dos besos.

- Qué casualidad encontrarte en este tren. Aunque es verdad, ahora recuerdo que me dijiste que hoy ibas a firmar libros a Barcelona - le dije haciéndome la loca pero fracasando totalmente en esconder una sonrisa-

- ¿Casualidad? Y yo que pensaba que era mi día de suerte y habías aceptado mi propuesta de acompañarme- me dijo presumida

- Uy, ya ni lo recordaba. Voy a ver a mi amiga Bea, que prometí ayudarla con un libro que está escribiendo - le dije mientras se me escapaba un poco la risa, no podía evitarlo.

- Entonces, ¿tu viaje no tiene nada que ver conmigo? - me preguntó mirándome fijamente... Dios, qué mirada.

- Nada - mantuvimos la mirada unos segundos y no pudimos más, ambas soltamos una carcajada y empezamos a reír. Estaba tonteando descaradamente con Vanesa Martín y me encantaba.

- Pero si te apetece puedo intentar encontrar un hueco en mi agenda y tomarme algo contigo esta tarde, Martín. - le dije

- Eso me encantaría, Carrillo - me dijo casi en un susurro, lo que hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo en segundos.

El camarero me sirvió un café y Vanesa pidió otro.

- ¿Otro café? Parece que no has dormido mucho - esas ojeras la delataban.

- No he dormido nada, la verdad. No ha sido una buena noche. Dos horas escuchando reproches por teléfono no es nada agradable -

¿Reproches? Me inquietó mucho ese comentario. ¿Está con alguien y a la vez tontea conmigo? Me puse seria de golpe, no me gusta que jueguen conmigo. Pero tenía que saber más.

- ¿Mala noche con tu pareja, entonces? - pregunté intentando ocultar mi inquietud.

- Ex pareja. Hace tiempo que ya no estamos juntas, pero no lo había acabado de cerrar. Ayer decidí hacerlo y no se lo tomó muy bien. Y quizás no actué de la mejor manera, cuando vuelva a Madrid tengo una conversación pendiente - se quedó callada unos segundos. Y yo no pude evitar notar que había decidido terminar su relación justo después de nuestra no-cita. ¿Tendría algo que ver conmigo? - Ahora que ya sabes algo más de mí, te toca a ti. ¿Estás con alguien? - me preguntó diría que casi con temor.

- No, no estoy con nadie. Hace más de un año que lo dejé con alguien. Fue muy importante para mí y no fue fácil terminar con ella - noto que al decir 'ella' sonríe, ¿en serio tenía dudas? - y desde entonces no ha habido nadie importante.

Sonríe y me mira intensamente. Me inquieta esa mirada, pero se la mantengo. Hasta que llega su café y nos volvemos a relajar.

Narra Vanesa

No me esperaba para nada verla hoy pero siento una alegría demasiado grande al ver que estaba equivocada. ¿Qué te pasa Martín? ¡Si apenas la conoces! También me alegra enormemente saber que no está con nadie y que su última pareja fue una chica. Claro que había notado que tonteaba un poco conmigo, pero no está de más afirmar que tengo opciones.

- Entonces, ¿a tu amiga Bea no le importará que cenes conmigo? Podríamos tomar algo a media tarde todas juntas, así conoces a Ana, mi mejor amiga y manager. Dile a Bea que se venga. Pero la cena me la tienes que reservar, no acepto un no por respuesta.

- mmm creo que podré arreglarlo, sí. Acepto tu propuesta - me dijo sonriendo y yo me derretí. Definitivamente esta mujer me gusta.

Oí como sonó mi teléfono. Tenía un mensaje de whatsapp.

- Mira, es Eva, Eva González, que dice que está en Barcelona y que si nos tomamos algo con ella - le dije mientras miraba el mensaje que me acababa de enviar mi amiga.

- ¿Eva González? Mmm sí, claro, tomemos algo juntas. - su voz cambió al instante, parecía que no le había hecho ninguna gracia mi propuesta.

- ¿Os conocéis? - quise saber al ver su extraña reacción.

- mmm alguna vez hemos coincidido, sí. -

Me la quedé mirando fijamente al ver que ahora no estaba sonriendo, pero escuché como Ana me llamaba urgentemente.

- Vane, corre, tienes que hablar con la gente de los 40. Discúlpame Mónica, me la tengo que llevar unos minutos - dijo Ana de forma muy educada.

- ¡Claro! No te preocupes, yo me quedo aquí tomando el café - me dijo Mónica.

- No te vayas por favor, vuelvo en unos minutos y seguimos charlando. - me volvió a sonreír y me fui corriendo con Ana.

Intuyo que hoy va a ser un día interesante.

¡Hola!
Muchas gracias a todos por los bonitos comentarios y las estrellitas. Esto me anima a seguir escribiendo :)
Estos días he podido escribir bastante pero quizás ahora tardo un poco más por culpa del trabajo. Pero intentaré no tardar demasiado, lo prometo!
¡Un abrazo!

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