Royal Albert Hall

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¡Hola! ¿Qué tal va la cuarentena?
Disculpad no haber subido capítulo ayer, pero la vida real a veces me reclama. Esta noche si puedo subo otro para compensar.
Como siempre, gracias por las estrellitas y los comentarios. Me hace muy feliz leer vuestras opiniones.
¡Un abrazo!

Narra Vanesa

Tal y como predije, fue una de las mejores noches de mi vida. Hicimos el amor en la bañera, en el sofá, sobre la alfombra, en la cama, y casi la convenzo para hacerlo también en la terraza... no tuve suerte.

Me fascinaba como Mónica podía pasar de ser la persona más dulce y tierna, a convertirse en una diosa del sexo. Me volvía completamente loca.

Creo que eran pasadas las cuatro de la mañana cuando caímos rendidas y nos quedamos completamente dormidas. Había sido un día muy intenso que no olvidaría en mucho tiempo, pero el cansancio pudo con las dos y estuvimos durmiendo hasta casi el siguiente mediodía.

Después de remolonear un buen rato en la cama y ducharnos, salimos de nuevo a recorrer Londres. Pasamos nuestro segundo día como dos turistas más, visitando los rincones favoritos de Mónica y comiendo en restaurantes exóticos. A la noche regresamos al hotel, agotadas, con ganas de pasar una velada tranquila, estiradas en el sofá viendo alguna película.

- Estoy tan agotada que si me dices ahora de hacerlo en la terraza te diría que no - le dije mientras cambiaba canales con el mando de la tele y ella nos cubría con una manta.

- ¿Se puede saber qué te ha dado con el sexo al aire libre? -

- Oye, cada una tiene sus fantasías. La mía es hacerlo en la terraza de un hotel. A ver cuándo me dices las tuyas -

- ¿Fantasías? mmm, pues no sé, para eso soy bastante tradicional y un poco aburrida -

- Perdóname Carrillo, pero tú de tradicional y aburrida en la cama tienes poco - le dije riendo y haciendo que se sonrojara.

- No me digas esas cosas que me dan vergüenza - me dijo cada vez más colorada y yo no podía para de reír.

- Oye - le dije abrazándola y acercándola a mí lo máximo posible - si me dices cuál es tu fantasía, podemos ponerlas todas en práctica, las tuyas y las mías - la miré de forma seductora pero sin poder aguantar un poco la risa.

- No vamos a hacer el amor en la terraza, Vane. Olvídalo. - me dijo volviendo su mirada a la pantalla.

- ¡¿Pero por qué?! - refunfuñé.

Ella rió y me dio un beso rápido en los labios - Va, dale al play y veamos la película...¡exhibicionista! -

Solté una carcajada ante su comentario y me rendí. Nos abrazamos, pusimos la peli, y como era de esperar, antes de que acabara nos quedamos completamente dormidas.

Narra Mónica

El miércoles nos despertamos pronto, Vane había quedado en ir a ensayar con Leiva a media mañana. La idea era acompañarla hasta la sala, saludar al equipo, y mientras ella ensayaba yo aprovecharía para ir a una exposición en una galería cercana. También había reservado mesa para comer después en un restaurante muy especial para mí, un vietnamita que me fascinaba y que me apetecía mucho enseñar a Vanesa.

El hotel estaba bastante cerca de la sala, así que decidimos ir dando un paseo.

- ¿Sabes cuál es una de mis mayores fantasías? además de lo de la terraza del hotel, claro - me dijo mientras me cogía de la mano y me guiñaba el ojo.

- A ver, sorpréndeme -

- Tocar algún día mis canciones en el Royal Albert Hall - me dijo mirándome con esa ilusión que desprendían sus ojos cuando hablaba de sus sueños en la música.

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