Esta noche me voy contigo

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Narra Vanesa

La charla con Los 40 se alargó más de la cuenta. Cuando por fin pude escaparme fui corriendo al vagón cafetería pero Mónica ya no estaba allí. En su lugar tenía un mensaje el mi teléfono:

"Vagón 2. 4C. Por si tus mil compromisos te dejan unos minutos libres, Martín"

No pude evitar sonreír y me dirigí rápidamente al vagón indicado. Ví que el asiento 4B estaba libre y ella de espaldas. Así que no dudé en sentarme a su lado.

- Después de haber leído mi libro todos te parecerán malísimo - le dije divertida mientras leía el título del libro que Mónica tenía en sus manos 'Travesuras de la niña mala'.

- Con éste estoy cogiendo ideas. El título me representa totalmente - me dijo con una media sonrisa mientras levantaba la vista del libro y me miraba.

-Qué peligro tienes Carrillo - respondí riendo - Oye, discúlpame por la tardanza, la charla se alargó y luego tuve que enlazar con dos entrevistas más. Pero esta tarde nos vemos, sigue en pie ¿verdad? - le pregunté con cara de ilusión

- Claro, soy una mujer de palabra

-Pues vente sobre las 6 a la FNAC del Triangle, seguro que a esa hora habré acabado. -

- Hecho -

Nos quedamos mirando unos segundos. Sin decir nada. Hasta que me levanté y dándole un beso en la mejilla le susurré - cuento las horas para vernos de nuevo - le guiñé un ojo y me dirigí de nuevo a mi vagón.

Narra Mónica

- Vamos Bea, que le prometí estar a las 6 en la FNAC- le grité a Bea desde la puerta de su casa.

Al llegar a Sants en Barcelona apenas pudimos decirnos nada con Vanesa. Un saludo de lejos y la promesa de vernos por la tarde. Ella tenía que estar firmando a partir de las 2, le esperaba una tarde larga.

Así que fui directa a casa de Bea, en el centro de la ciudad. Y mientras comimos nos pusimos al día de todo. Con Bea nos conocimos en la universidad, las dos estudiábamos periodismo. Fue 'mi primera vez con una chica', la que me abrió los ojos. Pero nuestro romance duró bien poco. Eramos muy jóvenes y con poquísimas ganas de comprometernos. Así que desde entonces nos convertimos en muy buenas amigas.

- Ya voy, ya voy, que tengo que ponerme guapa para conocer a tu nueva novia - dijo mientras bajaba las escaleras y cogía la chaqueta

- No es mi novia Bea -

- Lo que sea, pero me muero por conocer a tu no-novia a la que acabas de conocer y por la que haces viajes improvisados. Solo por eso merece todos mis respetos y admiración - me decía riendo - tú, 'miss agenda 2020' que no das un paso sin hacer un esquema DAFO, con sus oportunidades, amenazas y fortalezas - ahora ya se reía a carcajadas - ¡necesito conocer a esa mujer! -

- Qué tonta eres de verdad... además, este viaje también era para verte. Que desde que lo has dejado con Claudia no hay quien te vea el pelo.-

- Lo que tú digas jajajaja, y oye, ahora tengo que aprovechar de mi libertad y salir mucho-

- ¿salir mucho o pendonear con todas las que se te ponen a tiro -

- No me juzgues, que no todas tenemos la suerte de tirarnos a estrellas de la música -

-¡Bea! - dije fingiendo escandalizarme - y ni siquiera nos hemos besado ... por ahora - dije esto último en voz baja

Y así entre risas salimos de su casa, rumbo a las firmas.

Narra Vanesa

- Mil gracias por venir chicas - le digo a las últimas chicas de la cola, mientras se van con sus libros firmados.

Miro a Ana, que les devuelve el móvil a la chica con el que me ha hecho varias fotos y le sonrío con ganas.

- ¡Se acabó por hoy! Qué bien ha ido, ¿no? - le digo a mi amiga

- No tan deprisa, Martín. Te queda una firma más - levanto la vista y sí, es Mónica. No puedo evitar sonreír como una tonta.

- ¿Y para quién debo poner la dedicatoria, Carrillo? - le pregunto poniéndome seria.

- Para mi madre por supuesto. No tienes mayor fan - no puedo evitar soltar una carcajada ante su respuesta. - María, y esmérate, haz el favor -

Abro el libro por la primera página y pienso unos segundos antes de escribir la dedicatoria. Firmo y le doy el libro a Mónica. En ese momento noto que no va sola, una chica muy alta, delgada, con el pelo alborotado y muy, muy sexy está a su lado y no para de sonreírnos. Mónica se da cuenta y reacciona.

- Vanesa, te presento a mi gran amiga Bea. Bea, ella es Vanesa Martín. - nos damos dos besos y ella sigue sonriendo.

- Encantada Vanesa, un placer conocerte - me dice su amiga mirándome fijamente a los ojos. Me gusta la gente que mantiene la mirada.

- Igualmente - le sonrío yo también - y ésta es Ana, mi amiga y manager personal -

- Pues ya nos conocemos todos. Vamos a tomarnos algo, que estoy sedienta. - propone Mónica.

Nos despedimos de todo el personal de la FNAC y nos dirigimos a un bar que conoce Bea, no muy lejos.
Charlamos durante más de una hora, la verdad es que la conversación es muy agradable. Bea y Mónica nos cuentan anécdotas de su época de estudiantes en la universidad de periodismo. Tienen mucha complicidad... demasiada. Y no sé si son paranoias mías pero Bea aprovecha cualquier ocasión para tocar a Mónica: la mano, el brazo, la cara... no me gusta en absoluto. Mi cabeza se está montando muchas películas ahora mismo y estoy segura de que estas dos han tenido algo. ¡Necesito más información! Como era de esperar, y teniendo en cuenta que mi cara siempre es como un libro abierto, Mónica se da cuenta de cómo miro fijamente sus manos, Bea se la tiene cogida. Sonríe y se levanta de golpe.

- Vane, ¿me acompañas a la barra a pedir otra ronda? - me pregunta Mónica a la vez que coge mi mano para llevarme hasta la otra punta del bar.

- No te pongas celosa, Martín, lo mío con Bea acabó antes de empezar. Y de eso hace ya más de 20 años - me susurra mientas vamos andando, sin soltarme la mano.

- No estoy celosa. Es solo que no entiendo por qué te toca tanto - contesto con falsa indiferencia.

Mónica me mira de forma muy tierna, llegamos a la barra y me sonríe.

- Pones una cara muy graciosa cuando algo no te gusta. Pero recuerda que con quien me voy a ir esta noche es contigo, no con ella - me da un beso en la mejilla y se gira para pedir las copas.

¿Esta noche conmigo? Se refiere a la cena, ¿no? ¿O a algo más? Y lo más importante, ¿por qué estoy tan nerviosa?

No me da tiempo a seguir pensando, suena mi móvil, un mensaje de Eva.

- Vaya, es Eva, que se ha alargado su rodaje y no podrá acercarse. Dice que nos vemos en Madrid - leo el mensaje que me acaba de enviar mi amiga Eva.

Mónica hace una mueca rara al oír el nombre de Eva. Es la segunda vez que noto como cambia su expresión al nombrarla.

- ¿Algún día me contarás que pasa entre tú y Eva? -

- Algún día - responde ella sin mirarme y sentándose de nuevo en nuestra mesa.

La observo y sonrío, ¿qué habrá pasado entre estas dos? Tengo que hablar sin falta con Eva.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora