Barcelona

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Narra Vanesa

Conversación de whatsapp:

M: Patri, ¿estás despierta?

P: ¡¡¿¿Cómo ha ido??!!

M: mmm ¿demasiado bien?

P: Madre mía, ¡madre mía! TE HAS ACOSTADO CON ELLA

M: jajaja frena, amiga, frena. Claro que no me he acostado con ella. Solo hemos ido a un bar, hemos tomado una copa, bueno, varias copas, y hemos charlado durante horas...

P: pero algo me dice que no te hubiera importado hacerlo jajajaja

M:

P: Moni, ¡contesta!

M: No sé, Patri, no sé qué decirte. La acabo de conocer y ya tengo la cabeza hecha un lío. Hasta ayer me fascinaba la Vanesa poeta y cantante, ahora se le suma la Vanesa mujer... me ha encantado conocerla, la verdad. Y quiere que vaya con ella mañana a Barcelona.

P: ¿Cómo? ¿A Barcelona?

M: tiene firma del nuevo libro y quiere que salgamos luego a cenar

P: ¿Cómo? ¿Y me lo dices así, sin más? ¿Por qué?

M: Da igual, no voy a ir

P: ¿Cómo que no vas a ir? Por supuesto que vas a ir

M: por supuesto que NO voy a ir. La acabo de conocer, ¿estás loca? Yo no hago estas cosas, no soy impulsiva. Yo las cosas las pienso y medito, ya me conoces.

P: ¿y cómo te ha ido con esa táctica? ¿Marta?

M: sacar el tema de Marta es un golpe bajo. Ella fue la que decidió marcharse, no yo.

P: tú te habías ido mucho antes...

M: puede ser

P: Marta ya es pasado, Vanesa tu presente y futuro. ¡Vanesa Martín, tía!

M: jajaja bueno, déjame que me tome las cosas con calma y no por impulsos

P: pues ya es hora de que empieces a pensar menos. Te coges ahora mismo un billete de AVE y te vas mañana a Barcelona. ¿Dónde está el problema? Si te aburres o algo no te gusta, te vuelves.

M: puedo aprovechar y pasar a ver a Bea. Hace meses que no la visito.

P: si te vale como excusa para decirte a ti misma que no vas por ella, me vale a mí también jajaja

M: no te rías de mis dramas

P: ¿dramas? Una tía inteligente, interesante y guapa, con la que acabas de pasar una velada estupenda, te invita a pasar un día con ella en Barcelona. Sí, un verdadero drama

M: ay, tú ya me entiendes... además, ¿voy en calidad de qué? Ni siquiera sé si tiene pareja... demasiado lío, me quedo en Madrid

P: sabes que te quiero, pero eres muy tonta

M: me voy a dormir. Gracias por la charla

P: eso, huye, señora de Martín

M: te odio

P: y yo a ti :)

Dejo el móvil en la mesilla de noche, no quiero pensar más por hoy. Me voy a dormir y mañana ya pensaré. ¿Qué me estás haciendo Martín?

Narra Vanesa

- Odio madrugar Ana - le digo a mi amiga mientras nos dirigimos al vagón cafetería.

- Son las 11, Vane, ¿en qué realidad paralela es eso madrugar? -

- En aquella en la que he dormido solo una hora - respondo bostezando. Necesito un café. O mejor un litro.

- Eso te pasa por no afrontar tus problemas cara a cara, por teléfono y a las 3 de la mañana no es la mejor forma para romper con tu novia- me dice Ana con su tono de madre.

- Inma no era mi novia, hace meses, ¡incluso años! que debía haber cerrado esa historia - digo sentándome en las mesas de la cafetería y mirando al camarero con cara de odio, necesito que me sirva ya ese café.

- Lo que tú digas, pero no ha sido la mejor manera. Ella también era mi amiga y no me gusta que sufra.

- Tienes razón, y lo sé, lo siento. Te prometo que cuando vuelva a Madrid quedo con ella y lo soluciono -

Ana tiene razón, anoche no tuve la mejor idea cuando decidí llamar a Inma y decirle que ya estaba bien de tantos mensajes y llamadas, y que no quería volver a verla. Es cierto que nuestra relación murió hace demasiado tiempo, pero hasta ayer no tuve el valor de cerrarlo por completo, y quizás no lo hice de la mejor manera. Durante más de una hora nos reprochamos demasiadas cosas. Por teléfono. No fue bonito. Con ella pasé unos años preciosos, no es justo para ninguna acabar así. En honor a todas esas cosas bonitas que compartimos tengo que quedar con ella y acabar bien. Lo haré al volver a Madrid.
No sé qué me pasó anoche, pero tras la no-cita con Mónica, esa fantaaaaaastica no-cita (sonrío solo al recordarlo) tuve la necesidad de dejar las cosas claras con Inma.

Estoy agotada y no he vuelto a tener noticias de Mónica. Ni un mensaje, ni una llamada, nada. Tampoco sé qué esperaba. ¿Que se viniera conmigo a Barcelona así de repente? Yo lo haría. Pero supongo que Mónica no. Quizás interpreté mal las señales y no se divirtió tanto como yo... no lo creo, esas miradas no eran de indiferencia... Dios, y vaya mirada. Esa mujer es una locura.

Noto como Ana se levanta de golpe. Levanto la cabeza para mirarla y veo que está poniendo una cara extraña. Sonríe y me mira con ternura.

- Ana, ¿qué te ha dado? - Noto a mi amiga inquieta, ¿qué le pasa?

- Eh, nada nada, tengo que hacer una llamada urgente. Ahora vuelvo. O no, tú quédate tranquila, no hay ninguna prisa. Yo me encargo de todo. - se va del vagón sonriendo

No entiendo nada, pero me da igual. Estoy demasiado cansada y Ana está loca. Así que continúo bebiendo mi café mientras miro a la nada. Eso se me da bien.
De golpe noto que alguien toca mi hombro, ay dios, espero que nadie quiera tomarse una foto, no con estas pintas.

- ¿Está libre esta silla? - una voz conocida me susurra muy cerca de la oreja.

- ¿Mónica? - un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Levanto la mirada y allí está ella. Guapísima. Con una sonrisa enorme. ¿En serio ha aceptado mi propuesta?

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora