La calma tras la tormenta

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Narra Mónica

- Vane... Wow -

Estábamos en la cama, desnudas, mirándonos con las caras una enfrente de la otra y con nuestras piernas aún enredadas. Sonreíamos mientras nos recuperábamos de las horas de pasión que nos acabábamos de regalar. Nuestro enfado había durado poco más de dos días, pero aún así, parecía que nos habíamos echado demasiado de menos.

Me fascinaba el sexo con Vanesa, eso no era ningún secreto. Pero si tenía que elegir un único momento, solo uno, me quedaba con éste. Lo adoraba. El momento justo después, cuando nos mirábamos a escasos centímetros una de la otra y nuestros cuerpos seguían alterados por la locura de los minutos previos. No creo que exista más intimidad que la que se crea justo en ese momento.

- Veo ese wow y lo doblo - dijo ella soltando una carcajada y dándome un suave beso en los labios.

Seguimos un rato más en esa posición, sin movernos ni separar nuestras miradas.

- Hablemos de lo de México, Vane -

Ella acercó sus labios a los míos y susurró:

- Otra ronda más y luego hablamos de lo que quieras-

- ¿Estás loca? - contesté riendo - es literalmente imposible que pueda mover un solo músculo. Bastante que estoy moviendo los labios -

- Oye, pues con eso yo creo que ya lo tendríamos - dijo y se murió de la risa.

- ¡Vane! - dije a la vez que le daba un pellizco en la barriga.

- ¿Pero no decías que no podías mover ningún músculo? Siempre dispuesta a pellizcarme, Carrillo - se quejaba pero no podía parar de reír.

- Para eso siempre me quedan fuerzas, Martín - dije riendo yo también.

- Pero en serio, Vane, hablemos de México -

Me miró unos segundos.

- Venga vale, hablemos de México mientras te recuperas para la próxima ronda -

Le di otro pellizco.

- ¡Ouch! -

- Céntrate -

- Vale, sí... ¿qué quieres saber? -

- Por qué lo has rechazado y si estás aún a tiempo de rectificar -

- Ya te dije el por qué. No quiero separarme de ti tanto tiempo. Hace un año lo hubiera aceptado al instante, sin pensarlo, además siempre he querido vivir una temporada allí. Pero ahora... simplemente no me apetece. No me compensa. Quiero quedarme aquí contigo -

- Creo que estás siendo muy drástica y no estás contemplando todas las opciones, Vane. Es una oportunidad demasiado importante como para rechazarla tan a la ligera -

- No la he rechazado tan a la ligera. Lo he pensado mucho y no me compensa. Ya saldrán otras oportunidades allí... - me miró un poco extrañada - pensé que te gustaría que elija quedarme contigo -

- Pues claro que me gusta, Vane. Y creo que no eres consciente de hasta qué punto - sonreí y ella imitó mi gesto - pero podemos encontrar una solución. La idea de pasar tanto tiempo separadas me asquea, pero podemos organizarnos -

- ¿Organizarnos, cómo? -

- Lo he estado pensando. Yo podría ir una vez al mes, de lunes a viernes. Y tú podrías venir unos días también. Entre tus viajes y los míos acabaríamos pasando juntas la mitad del mes. Será cansado, eso sí, pero cuatro meses pasan rápido -

Se quedó un momento callada, pensando.

- Podría ser una opción... pero no sé. Sigue siendo demasiado tiempo separadas. No lo sé, Mónica -

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