Código Vaneso

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Narra Mónica

Celebramos las buenas noticias esa noche y seguimos celebrando durante las siguientes semanas. Como era de esperar, mi profecía no se cumplió, más bien al contrario. Y las ganas que tenía Vanesa de sexo, necesidad biológica esencial según sus propias palabras, se incrementaron hasta convertirse en una verdadera locura.

No me quejo, estaba siendo muy divertido y el embarazo le estaba sentando de maravilla, cada día la veía más sexy. No sé si era por el hecho de saber que llevaba dentro de ella a mi futuro hijo o que realmente estaba más guapa, me daba igual, la cuestión es que no me opuse en ningún momento.

La "necesidad biológica esencial" le aparecía en cualquier lugar y momento del día, así que Vanesa se inventó un código entre nosotras para hacerme saber que era absolutamente necesaria mi presencia allí donde ella estuviera. Y que, por supuesto según ella, podía disponer de mi cuerpo a su antojo. Las palabras claves no podían ser otras: código Vaneso. Así que cuando yo las oía sabía que la loca de mi mujer necesitaba sexo urgentemente. Y creedme, en las últimas semanas fueron las palabras que más veces oí, sin lugar a dudas.

Varias semanas después del anuncio volvíamos a estar en la consulta del doctor.

- La prueba ha salido perfecta, chicas. Está todo bien, el bebé crece sin problemas y el riesgo a que algo salga mal se ha reducido exponencialmente. No pueden ser mejores noticias - nos dijo el doctor sonriendo.

- ¡Bien por Vaneso! - exclamó Vanesa levantando sus puños de nuevo en señal de victoria.

Tanto el doctor como yo nos pusimos a reír, y me acerqué a ella para besarla.

- Eres la mejor, Vane - le dije al finalizar el corto beso.

Ella me regaló la mejor de sus sonrisas y me besó de nuevo.

- Y ahora la pregunta del millón - dijo el doctor haciendo que volviéramos a centrar la atención en él - ¿queréis saber el sexo del bebé? -

- ¿Ya se sabe? - pregunté ilusionada.

- Aquí lo tengo escrito - respondió con una gran sonrisa.

Vanesa y yo nos miramos ilusionadas.

- Sí que queremos, ¿verdad? -

- ¡Claro que queremos! - exclamó Vanesa.

El doctor abrió el sobre, parecía el momento de la típica final de un talent show en el que el presentador iba a anunciar el ganador.

- Entonces... - comenzó Vanesa - ¿niña o Vaneso? -

El doctor leyó lo que ponía en el informe y nos miró sonriendo - sinceramente, espero por su salud mental que le hayáis dado una vuelta al nombre -

- ¿Es un niño? - pregunté.

El doctor simplemente asintió. Y nosotras nos quedamos calladas, mirándonos a los ojos. La verdad es que no nos habíamos planteado nuestras preferencias, de hecho Vanesa estaba tan convencida de que iba a ser niño que ni siquiera se me pasó por la cabeza que pudiera ser una niña. Y me daba igual. Nos daba absolutamente igual. Pero el hecho de saber que sí, que era un niño, lo hacía todo más real.

- Vane, vamos a ser madres de un niño - no podía parar de sonreír.

- Y lo ha dicho serio, debe ser verdad - respondió ella emocionada.

- Pues ya sabéis lo que os toca, ¡buscarle un nombre de verdad! - dijo el doctor sacándonos de nuestra burbuja y haciéndonos reír.

- Bien bonito y real que es el nombre de Vaneso - insistió Vanesa fingiendo estar ofendida.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora