Planes de futuro

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Narra Mónica

- Espera, espera - dije cortando el beso que había iniciado Vanesa y girándome hacia la mesita.

- ¿Qué pasa? -

- Nada, nada. Ya está -

Me la quedé mirando con una gran sonrisa pero sin decir nada. Ella me miraba extrañada.

- ¿Qué pasa? - volvió a preguntar.

- Siempre me recriminas que nunca te digo cosas bonitas. Ya sabes, lo de las novelas románticas que tanto te gustan - dije girando los ojos - Esta vez iba a hacerlo, pero te me adelantaste. Y bueno, que aunque ya no haya factor sorpresa, voy a declararme igualmente -

No puedo describir la sonrisa tan enorme que se le dibujó en la cara. Abrí mi mano izquierda y le mostré el anillo de compromiso que le había comprado. Ella abrió la boca mientras lo miraba, esto no lo esperaba. Así que empecé.

- Estás loca. Das mucho trabajo. Y si hacemos una media general, te mataría más de una vez al día -

- ¡Oye! -

- Pero jamás, jamás, he sido tan feliz como lo soy desde que estoy contigo -

La miré durante unos segundos sin decir nada

- La vida contigo es una pasada, Vane... y quiero dedicar el resto de mi vida a hacer que tú sientas lo mismo, a hacer que seas tan feliz como lo soy yo, a conseguir que nuestra vida sea una aventura continua, llena de risas, siempre siempre llena de risas -

Vanesa me miraba sin pronunciar palabra. Y yo me quedé mirando el anillo que tenía en la palma de mi mano.

- Ahora es tu turno - levanté mi mano y puse el anillo delante de ella - ¿quieres tú también esa vida conmigo? - dije casi en un susurro - ¿quieres casarte conmigo? -

Ella miró el anillo, volvió a sonreír y se le escapó una pequeña lágrima.

- Quiero todo eso, Mónica - dijo ahora ella en un susurro - y ahora bésame o me voy a poner a llorar-

Yo sonreí y me lancé a sus labios. La besé con toda la pasión y alegría que sentía en ese momento. Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que a mí también se me estaban escapando un par de lágrimas.

- Me había apostado conmigo misma que te haría llorar - dije sonriendo pícara sobre sus labios - soy la puta ama -

Ella soltó una carcajada y me volvió a besar.

- Joder, Mónica - dijo de nuevo sobre mis labios cuando volvimos a romper el beso - pero tengo una pequeña pega a tu plan - la miré extrañada - ya te digo ahora que va a ser imposible hacerme más feliz de lo que ya soy. ¡Voy a casarme contigo! Joder, ¡que voy a casarme con Mónica Carrillo! -

Ella gritaba y yo me moría de la risa. Le puse el anillo mientras hacía caras muy graciosas y la volví a besar. Poco a poco la fui recostando hacia atrás hasta quedar ambas completamente estiradas sobre el colchón. Ya le estaba quitando la camiseta cuando se levantó de golpe.

- ¡Espera! - gritó.

- ¿y ahora qué te pasa? - respondí riendo.

Ella se soltó de mi abrazo y cogió algo de la mesita del lado de su cama.

- Yo también tengo uno para ti... ¿o qué te pensabas, Carrillo? -

Me mostró un anillo de compromiso. Precioso. El más bonito que había visto en mi vida... o quizás no, pero para mí ahora lo era.

Me miró con una enorme sonrisa mientras movía las cejas. Yo me mordí el labio y ella me puso el anillo en mi mano izquierda.

Volvimos a abrazarnos y besarnos... pero ahora fui yo la que me separé.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora