La ciudad de las luces y el pecado

4.6K 165 56
                                    

¡Hola!
Solo comentaros dos cosas:
1. Como siempre, millones de gracias por seguir dedicando un ratito de vuestro tiempo a pasaros por aquí y leer. Me encanta leeros y aún más millones de gracias por tantas estrellitas.
2. ¿En serio no os gusta la Princesa Leia? ¿EN SERIO? :)
Parece que pasamos a Fase 1 en Madrid, nos quedan 3 fases de fic :D
¡Seguimos!

Narra Mónica

Estoy en un avión, rumbo a Las Vegas. Voy a casarme con Vanesa Martín, vestida de Marilyn Monroe. Y ella de Princesa Leia, mi fantasía más secreta.

¿Estamos locas? Por supuesto. Pero creo que jamás en mi vida había estado tan ilusionada y emocionada por algo.

- ¿Con qué mentira me vas a distraer hoy en el despegue? -

- Me ofende que digas eso. La última vez cumplí con mi palabra, pero no es mi culpa si los elementos juegan en nuestra contra -

- Qué morro tienes, Carrillo -

- Estamos destinadas a tener sexo tradicional, ni aéreo ni virtual -

- Eso suena fatal -

- ¿Tienes alguna queja? - pregunté levantando una ceja

- No, no es eso... ya sabes que no. Pero no sé, aún somos jóvenes, deberíamos cometer locuras-

- ¿Te parece poca locura escaparnos dos días a Las Vegas para casarnos en secreto? -

- No sé... - dijo mientas me cogía la mano, el avión estaba a punto de despegar - podríamos hacerlo en la piscina del hotel -

- ¿En Estados Unidos? No me apetece que me deporten por escándalo público, Vane -

- ¿Eso quiere decir que en la piscina de un hotel español sí? - preguntó ilusionada.

Yo la miré divertida mientras negaba con la cabeza.

- ¿Pero se puede saber de dónde te viene esa obsesión exhibicionista? -

- Yo tengo un pasado muy hippie, Mónica - dijo presumida - pero con la fama y todo eso ahora me tengo que moderar -

- Claro, es lo que tiene ser una estrella internacional-

- ¿Por qué que cada vez que me dices eso tengo la sensación de que te estás riendo de mí? -

- No es una sensación, cariño. Me estoy riendo de ti- dije antes de soltar una carcajada.

Ella me miró achicando los ojos.

- Eres veneno -

- Y tú mi envenenada medicina - dije susurrando y robándole un beso fugaz.

- Pero oye, no desvíes el tema. Volvamos al sexo -

Yo volteé los ojos.

- No me hagas eso con los ojos que a ti te gusta tanto como a mí. Y todo el mundo sabe que las que vais de modositas sois las peores... mucha ofensa, mucho sonrojo,... pero bien que te gusta cuando te lo como entero -

- ¡Vane! - grité escandalizada.

- ¿Lo ves? - se moría de la risa - Y no se te ocurra negarlo, o te lo recordaré cuando empieces con lo de "baja, Vane, baja" -

Yo me quería morir y ella no paraba de reír.

- ¡Shh! - dije poniéndole mi mano sobre su boca para que dejara de hablar.

Ella le dio un mordisco a mi mano y levantó las cejas, esperando una respuesta.

- Pues claro que me gusta, ya lo sabes - dijo apartando la mirada - Me vuelve loca... Pero no es algo que tengamos que discutir en un avión rodeadas de desconocidos - dije susurrando.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora