Vale

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De nuevo, gracias por los comentarios bonitos y las estrellitas. Así se hace más llevadero este confinamiento obligado en Madrid (ya sabéis, #yomequedoencasa)

Este capítulo va dedicado a la enferma dueña de un CC, para que le sea más llevadero a ella la cuarentena 😉

Narra Vanesa

- Hola Inma

Qué guapa estaba. Y mira que se esforzaba a veces es no estarlo, pero rara vez lo conseguía.

- Pasa, pasa. ¿Te apetece un té? - me dijo mientras entraba en esa casa que me era tan familiar. La compartimos durante varios años y cuando rompimos ella decidió quedarse. Yo no hubiera podido, cuando acabo una historia necesito romper con todo. Pero era bonito volver, en esas cuatro paredes habíamos compartido unos años muy bonitos.

- ¿No está "tu chica"? - le pregunté, remarcando estas dos últimas palabras, mientras me servía un té y yo me sentaba en el sofá frente a la terraza.

Ella me miró unos segundos mientras negaba con la cabeza, pero lo dejó pasar.

- No, se ha tenido que bajar a Cádiz. Ha pillado una gripe, nada serio. Pero es un poco dramas y ha preferido quedarse unos días con sus padres. -

- Vaya, espero que que se recupere pronto. Pero ya sabes, los chiquillos enferman muy a menudo - le dije sonriendo.

- Vane, no empieces - me dijo señalándome con su dedo índice a forma de amenaza, aunque se le escapaba la risa.

- Además, ¿quieres que te pregunte yo por tu periodista madurita? -

- No es mucho mayor que nosotras, Inma. Solo unos cuatro años -

- Entonces sí que estás con ella. - me dijo mirándome fijamente.

- Bueno, nos estamos conociendo. No sé si quiero saber cómo te has enterado - le dije sincera.

- Madrid es muy pequeño, ya sabes. Y que Vanesa Martín se haya liado con Mónica Carrillo no es fácil de ocultar, da mucho juego - me respondió guiñándome un ojo.

- Pues tú calladita o empezaré a contar lo tuyo con la quinceañera. -

- No tiene quince años, Vane, tiene más de 20. -

- Sigue estando más cerca de los 15 que de los 30 - le dije mientras se me escapaba una carcajada.

- Pues la tuya se acerca peligrosamente a los 50, dime tú quién gana - me contestó toda orgullosa.

- Eso es un golpe bajo... pero madre mía qué 50! - le dije ya sin poder contener la risa.

Hubo un silencio durante unos instantes. Hasta que volvió a hablar.

- Vane, te echo de menos. No debería, lo sé. Y de verdad que estoy feliz con ella, pero no eres fácil de olvidar. - me dijo mientras se acercaba a mí y se sentaba en mi sofá, cerca, muy cerca.

- No tenemos que echarnos de menos, intentemos ser amigas. Se nos daba bien hace años - lo decía de verdad, no quería sacar a Inma completamente de mi vida.

Ella no respondió. Nos miramos unos segundos y se acercó, cada vez más, y más, y más, hasta que sus labios casi rozaban los míos.

- Dime que no echas de menos esto - me susurró. Yo la miraba inmóvil.

Y acortó la poca distancia que quedaba entre las dos. Pero a los dos segundos de tener sus labios sobre los míos la aparté. Me vino a la mente Mónica, su sonrisa, sus ojos, y no pude besarla. Simplemente, no pude.

- Inma, no. Estoy con Monica - le dije susurrando yo también.

- ¿Y cuándo ha sido eso un problema? -

- Ahora lo es. Quiero hacer las cosas bien. Ella es diferente y quiero que lo nuestro sea diferente. - le dije segura. Por primera vez estaba segura de algo. Ese medio beso me había hecho replantearme muchas cosas en pocos segundos.

- No sé cómo me va a ir con ella. Ni siquiera sé si ella quiere empezar algo conmigo. Pero quiero intentarlo, y quiero hacerlo bien. Así que si quieres que seamos amigas, me parecerá fantástico. Yo quiero que así sea, incluso podemos ir a cenar una noche las cuatro - le dije riendo - Pero lo que tengo claro es que voy a intentar que funcione, y para ello necesito que tengas claro que tú y yo no podemos estar juntas nunca más. Ni un beso, ni una noche de pasión. Lo entiendes, ¿verdad? - le dije levantándome del sofá.

Ella me miró durante unos segundos. Negó con la cabeza varias veces y se levantó sonriendo. Dios, qué sonrisa tenía. ¿Estaré haciendo lo correcto? Me preguntaba a mí misma y riendo por dentro.

- Lo entiendo, Vane. Me jode, pero lo entiendo. Y sí, prefiero ser tu amiga a nada. Intentémoslo. -

- Gracias Inma, de verdad. - Sentí una felicidad repentina y tuve que abrazarla. Durante un buen rato. Un abrazo que sonaba a despedida. O a un 'hasta luego'. Pero definitivamente lo cambiaba todo entre nosotras.

- Bueno va, coge tu caja y vete ya. Que te pones muy intensa a veces. - me dijo sin mirarme casi.

Cogí la caja y me dirigí a la salida.

- Gracias por entenderlo Inma, de verdad. - le di un beso en la mejilla y me fui.

Narra Monica

Estos últimos días habían sido una locura. Entre las noticias y las entrevistas por el premio no había parado ni un segundo. Estaba agotada, pero feliz. Solo me quedaba una entrevista más esta tarde y quedaría liberada. Tiempo suficiente para ir a casa, descansar un poco y prepararme para la cita con Vanesa. Estaba nerviosa, mucho. No sabía que se traía entre manos. Pero me daba igual, tenía muchas ganas de verla. Cualquier cosa que haya preparado me parecerá bien, mientras sea estar con ella, me vale.

Vi que tenía 10 minutos antes de la próxima entrevista y decidí llamarla.

- ¡Carrillo! - me contestó al segundo tono.

- Hola Martín, cuánto entusiasmo. Te noto feliz -

- Tengo esta noche una cita con una tía guapísima, como para no estarlo -

- Uy, pues no te entretengo, te dejo que te prepares para ESA -

- ¡Pero no me cuelgues! - me dijo sin parar de reír.

- ¿Qué tal el día? ¿Fuiste a por la caja a casa de Inma? ¿Conociste a la peque? -

- No tuve el placer, se ha puesto malita, ya sabes, cosas de niños - reímos las dos - pero oye, quiero contarte algo.-

- ¿Ha pasado algo? - no me gustaba nada ese tono. ¿Habría pasado algo con Inma? No me gustaba nada. Nada. ¿Desde cuándo soy yo tan celosa? Dichosa malagueña...

- No, pero podría haber pasado. Hemos tomado un té y me ha confesado que me echaba de menos. Y me ha besado - aquí saltaron todas mis alarmas - Bueno, lo ha intentado. Pero me he alejado en cuanto me he dado cuenta. No quería contártelo, porque no ha significado nada, de hecho le he dicho que no va a volver a pasar nada entre nosotras. Pero quería que lo supieras, no quiero empezar con mentiras lo que sea que estamos empezando.-

Me quedé callada unos segundos. Tenía que procesar todo lo que me acababa de decir.

- Vale -

- ¿Vale? Me abro en canal y me dices ¿vale? - me dijo confusa.

- No me gusta eso que ha pasado, pero tampoco tengo ningún derecho aún a que no me guste. Así que vale, me olvido y volvemos a pensar en la cita de esta noche. ¿Te parece bien? -

- Vale. -

Y yo no pude hacer otra cosa que reírme.

- Te recojo a las 9, Carillo. Ponte guapa. -

- Te voy a volver loca - le susurré. Oí un suspiro y me colgó.

Ahora lo difícil sería concentrarme en la entrevista. Vamos Mónica, una más y a casa.

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