Narra VanesaPasaban 5 minutos de las 9 de la noche y ya estaba en la puerta del apartamento de Mónica, a punto de llamar. Estaba nerviosa, no lo podía negar. Lo tenía todo preparado, quería sorprenderla, quería verla contenta, que disfrutara. Y también quería gustarle, gustarle mucho, para que me voy a engañar.
- Hola Vane, pasa - abrió la puerta y me quedé muda. Madre mía que mujer, ¿con ese vestido pretendía que no me diera un infarto? - ¿esas flores son para mí? - me dijo riendo cuando vio que no reaccionaba.
- ehh, sí sí, perdona. Son para ti, claro. Joder, Mónica, estás impresionante. - le di las flores y ella me lo agradeció con un beso rápido en los labios. Demasiado rápido para mi gusto.
- Tú también estás guapísima, Martín. Y gracias por las flores, me encantan las margaritas, son preciosas - me dijo mientras iba a la cocina a por un jarrón para poder colocar las flores.
Aproveché para echarle un vistazo al salón de su casa. Era realmente bonito y estaba decorado con muchísimo gusto. Y no faltaban libros ni vinilos, tenía la casa llena.
- Tienes una casa preciosa, Mónica - le dije mientras ojeaba los vinilos, dándome cuenta del buen gusto musical que tenía. No me sorprendió, durante nuestras charlas previas habíamos hablado mucho sobre música y me había dejado realmente impresionada.
- Muchas gracias. La próxima cita aquí, y te cocino. -
- ¿También cocinas? -
- Es uno de mis múltiples talentos - me dijo tonteando claramente.
- Estoy ansiosa por descubrirlos todos - le dije acercándome peligrosamente a ella y llevando mis manos a su cintura.
- Frena, Martín. Que tenemos que irnos. Yo sí que estoy ansiosa, pero por ver qué es eso tan maravilloso, espectacular y flipante, tus palabras textuales, que me has preparado - dijo alejándose de mí.
- Tienes razón, vamos o llegaremos tarde a nuestra maravillosa, espectacular y flipante cita - le dije sonriendo.
Ella cogió su bolso y salimos de su casa rumbo a mi coche.
Nos dirigimos a una pequeña sala del centro de Madrid. Esta noche estaba cerrada para el público, solo podían entrar gente de mi discográfica y algunos amigos.
- ¿Dónde me llevas? - me preguntó Mónica cuando entramos por la puerta trasera a la sala.
- ¿Nunca habías estado aquí? me decepcionas, Carrillo - le dije poniendo mi mano en su cintura y acompañándola hasta el interior. - Lo que hay dentro te va a gustar, créeme. -
Narra Mónica
Pensé que me levaría a un restaurante, pero no, estábamos entrando en una pequeña sala que no conocía. ¿Qué me tenía preparado? pasamos por un pequeño pasillo y llegamos a una pequeña habitación, con unas ocho mesas y un pequeño escenario. Vanesa saludó con un par de besos a varias personas, creo que de su discográfica.
- Vamos a sentarnos, ¿qué te apetece tomar? - me preguntó mientras se dirigía a la pequeña barra.
- Una cerveza está bien.-
Me senté en la mesa que me había indicado Vanesa, muy cerquita del escenario, mientras ella hablaba con el camarero. Al minuto regresó a mi lado con una cerveza para mí y una copa de vino tinto para ella. Se sentó a mi lado, muy cerca de mí, y me susurró al oído:
- Espero que te guste la sorpresa.-
Y entonces salió él al escenario. No me lo podía creer. Leiva. Acompañado de su hermano y un par de guitarras. Los pocos que llenábamos la sala, unas quince personas, aplaudieron como locos. Yo miraba a Vanesa alucinando. Me había traído a un concierto privado de mi cantante favorito.
Vanesa me sonrió y yo tuve que darle un beso. En la mejilla, eso sí. Estaba entusiasmada.
- Queridos amigos, voy a tocaros las canciones de mi nuevo disco. Es la primera vez que las toco delante de un público y me encantaría que al acabar fuerais sinceros y me digáis qué os parecen. Si no os gustan... pues tiraré el álbum a la basura, qué le vamos a hacer - dijo Leiva sonriendo mientras cogía su guitarra y empezaba a tocar.
Estábamos solas en esa pequeña mesa, así que aproveché la oscuridad y le cogí la mano a Vanesa por debajo de la mesa. Ella me miró intensamente con esos ojos mágicos, que le permitían decir tanto sin pronunciar palabra.
Y así estuvimos, durante casi una hora. Leiva tocando sus nuevas canciones y yo sin poder ocultar mi felicidad. Hice amago de soltar la mano de Vanesa pero ella no lo permitió. Únicamente para aplaudir entre canción y canción, pero acto seguido, cuando empezaba la siguiente era ella la que volvía a unir nuestras manos. Y yo no tenía ningún problema con ello.
Acabó el concierto, maravilloso por cierto, y Vane se levantó, sin soltarme la mano.
- Vamos, que te lo presento. Aunque no me ha gustado nada, nada, nada, cómo le mirabas - me dijo sonriendo.
Subimos al pequeño escenario, Leiva estaba guardando su guitarra pero al ver a Vanesa la dejó en el suelo y le dio un abrazo.
- ¡Qué bien que hayas venido, Vane! - le dijo Leiva tras el abrazo.
- Me ha encantado, joder qué bueno eres. Te odio mucho ahora mismo, ¡que lo sepas!, y en varias canciones, daría mi brazo izquierdo por haberlas escrito yo. -
- ¡Cuánto te quiero malagueña! - le dio otro abrazo - mil gracias, de verdad. Significa mucho para mí tu opinión. -
Vanesa le sonrió y me miró - Por cierto, quiero presentarte a Mónica. Muy fan tuya, incluso diría que demasiado. - le dijo mirándome con una sonrisa enorme.
- ¡Vaya! Qué honor. La mismísima Mónica Carrillo en mi concierto - me dijo Leiva haciéndome una reverencia muy divertida y acto seguido dándome dos besos.
- El honor es mío, ¡menudo concierto! me ha encantado. De principio a fin, qué pasada. - le dije muy emocionada.
- Bueno, ya está bien, que tampoco es para tanto. - dijo Vane con cara seria, haciendo que tanto Leiva como yo rompiéramos a reír a la vez.
- Tú tampoco lo haces nada mal, celosilla - le dije a Vanesa agarrándola de la cintura y dándole un beso en la mejilla.
- Qué buen gusto tienes para las mujeres, Vane. - le dijo Leiva guiñándole un ojo, haciendo que ambas nos sonrojáramos y él empezara a reír. - Bueno, os dejo que tengo que saludar al resto de invitados. Muchísimas gracias por venir, y un placer enorme haberte conocido, Mónica. Vane, monta una cenita y así charlamos tranquilamente, ¿vale? -
- Eso está hecho -
Leiva le dio un abrazo a Vane y otro a mí. Nos despedimos y él se fue a seguir la ronda de saludos. Nosotras nos despedimos de un par de personas y salimos a la calle.
- Bueno, llego a saber que te entusiasma tanto este tipo y no te traigo aquí - me dijo Vanesa sin mirarme, fingiendo estar ofendida pero sin poder evitar sonreír.
Yo la miré durante un rato, sonriendo, esta mujer me tenía completamente encandilada.
- Me ha encantado, Vane. De verdad. Gracias por traerme. Ha sido el mejor inicio de cita de mi vida.-
- ¿Inicio? mmmm, yo no había planeado nada más. - me dijo con cara pícara.
- ¿Ah no? pues ¿sabes qué? yo tengo una idea para continuar -
- A ver, sorpréndeme. ¿Cómo hacemos para que el resto de la cita continúe siendo memorable? - me preguntó.
- Vamos a mi casa y te lo explico .-
Ella se quedó quieta, si responder. Nos miramos unos segundos, ella seguía sin articular palabra. Hasta que empezó a sonreír. Cada vez más. Y más. Y más. Se acercó a mí, juntó de nuevo nuestras manos y empezó a caminar, muy rápido.
- Vamos, Carrillo. -
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Menuda historia la nuestra
FanfictionLa historia de Vanesa y Mónica... bueno, MI historia Vanica