Diciembre

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Narra Vanesa

Por fin llegó el día del concierto en el Teatro Real. El último concierto del año antes de bajar con nuestras familias al sur para celebrar Navidad junto a ellos.

- Deberías descansar un poco más, Vane, no has dormido nada esta noche -

Estábamos en la cocina preparando el desayuno.

- Ya sabes lo que me cuesta dormir la noche antes de un concierto importante -

- Pues por eso, aprovecha que no tienes que ir hasta mediodía al teatro y duerme ahora -

Me acerqué a ella y la abracé desde atrás por la cintura.

- Yo preferiría aprovechar la mañana de otra forma - susurré en su oído.

Ella rió, se giró sobre mis brazos y me dio un dulce beso en los labios.

- Lo siento, cariño. Pero las leyes son las leyes. Tres veces el día del concierto: al despertar, por la tarde y después del show. Y tu sesión matinal ya la disfrutaste -

- Pero... -

- Nada de peros. Y tengo que ponerme a escribir, ya lo sabes - dijo entre risas, separándose de mis brazos y volviendo a atender la sartén que seguía en el fuego.

- Qué crueldad - dije sentándome en la mesa de la cocina y ella volvió a reír.

- Eres un caso de estudio, Vane. ¿De verdad no te cansas de mi cuerpo? - preguntó mientras me servía los huevos revueltos que había preparado y una taza de café.

- ¿Acaso tú te has cansado ya del mío? - levanté una ceja

- Bueno... -

- ¡Oye! - grité ofendidísima.

Mónica soltó una carcajada y se acercó para darme un beso.

- Yo creo que si te vuelves a poner el disfraz de Leia esclava quizás se reactiva mi interés -

Se moría de la risa.

- No vas a minar mi autoestima, sé a ciencia cierta que mi cuerpo te vuelve loca - repliqué presumida - además, recuerda lo que dijo el ginecólogo -

- ¿Qué dijo el ginecólogo? - preguntó al sentarse ella también en la mesa.

- Que la actividad física era muy buena para aumentar las probabilidades de éxito del tratamiento-

- Creo que se refería a que fueras más al gimnasio, Vane -

- ¡Sexo! se refería a más sexo - dije divertida.

- ¿Esa va a ser tu nueva excusa, Martín? -

- Yo me sacrifico sin beber alcohol, tú también tendrás que poner de tu parte, ¿no? Vaneso va a ser de las dos -

- No le llames Vaneso - dijo muerta de la risa.

- Bueno, pero no desvíes el tema. Esto es un trabajo de equipo y aquí las dos tenemos que poner el cuerpo a disposición -

- Tienes razón - dijo cogiéndome la mano y mirándome muy divertida - mi cuerpo está a tu entera disposición siempre que lo necesites -

- ¡Bien por Vanesa! - exclamé levantando los puños al aire en forma de victoria.

- Lo dices como si no fuera así ya ... -

- Pero hasta ahora tenía que esforzarme un poco para conseguir los maratones del amor -

- Ahora tirarás siempre de chantaje, ¿verdad? -

- Verdad - dije soltando una carcajada.

Mónica se levantó de su silla y se sentó sobre mis piernas, abrazándome por el cuello.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora