Tarde de confesiones

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Narra Mónica

Tal y como le dije a Vanesa, al día siguiente no llamé a Ángel, dejé que siguiera con el plan acordado. Esa misma tarde me lo encontré en los estudios de Antena 3, intentó hacerse el loco y evitarme pero no se lo puse fácil.

- Hombre Ángel, ¿no tienes nada que decirme? - le dije con toda la ironía que pude.

- Ah, hola Mónica, no te había visto... mmm sí, todo está solucionado, no te preocupes - lo notaba nervioso, deseando que acabara lo antes posible esa conversación.

- Oye, no soy nadie para meterme, pero creo que en el fondo eres un buen tío que se ha dejado manipular. Solo te digo que vayas con cuidado con María.

- Ha sido todo un error, voy a solucionarlo, de verdad Mónica. -

- Ese ya no es mi problema. Solo quería avisarte -

Y con esto me fui. No me apetecía seguir hablando con él. Odiaba que la gente engañara, pero yo tampoco era nadie para juzgarle. Y en el fondo, esto le había ido bien a mi hermano para que finalmente abriera los ojos y dejara a la bruja de su mujer.

Así que escribí a Vanesa para decirle que ya estaba todo arreglado y me centré en mi trabajo. Los fines de semana en los estudios eran muy intenso y no tenía tiempo de nada.

Vanesa también estaba muy liada con sus ensayos y preparativos para el concierto. Ya solo quedaban seis días y noté cómo empezaba a estar nerviosa, además de ilusionada claro. Era increíble cómo todo lo que tuviera que ver con la música la emocionaba hasta límites insospechados, era su vida.

Casi no hablamos durante el fin de semana, algún intercambio de mensajes y poco más. Eso sí, la noche del sábado por fin tuvimos nuestra "conversación sensual a distancia". Pero lo que pretendía ser una sesión pasional de sexo por teléfono, acabó siendo una sesión de carcajadas compartidas. Intentábamos centrarnos en ello, pero nada, no podíamos parar de reír. Un completo fracaso. Y oye, me quedé sin sexo, pero hacía tiempo que no me divertía y reía tanto. La verdad es que con Vanesa todo era divertido siempre, otro de los motivos que hacían que cada vez estuviera más enamora de ella.

Y por fin acabó el fin de semana. Me fui a mi casa a preparar las cosas y las maletas, mañana me iría a Málaga a pasar toda la semana.

- Carrillo, ya pensaba que te habías olvidado de mí - contestó Vanesa al otro lado del teléfono.

- Perdona Vane, vi tus llamadas de antes pero no me ha dado la vida, ha sido un día de locos - y era verdad, no había parado ni un segundo.

- No te preocupes, yo también he estado todo el día de ensayos y reuniones. Por cierto, hoy se ha confirmado una cosa que creo que te va a encantar -

- ¿Ah sí? ¿De qué se trata? -

- Mmmm, creo que vas a tener que esperar al viernes para verlo - me dijo muy pícara.

- ¿Entonces ya me he ganado la entrada para el concierto? ¡por fin! - le dije riendo.

- Al final me sobraban invitaciones y he pensado, va, que se venga la chiquilla - ahora era ella la que reía.

- Qué honor. Y mira, si te esmeras y me gusta, quizás te saco en las noticias del sábado -

- Ojalá una entrada a la noticia diciendo "anoche mi novia arrasó en el auditorio de Málaga, creo que se merece un buen polvo esta noche" - dijo antes de soltar una carcajada.

- A Matías nos lo cargamos del susto, que ya está un poco mayor -

Y así estuvimos un buen rato, riendo de nuestras propias tonterías.

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