Una noche en el Teatro Real

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Narra Mónica

Contra su voluntad, Vanesa se fue con Ana y yo me quedé esperándola en el camerino. Encendí el teléfono móvil y navegué por las redes. Vanesa había colgado hacía poco una foto de los ensayos en el teatro y hablaba de la expectación e ilusión que sentía en ese momento.

No me lo pensé y comenté en la foto:

"Va a ser una noche inolvidable. Qué suerte poder acompañarte. La vida contigo es una pasada, Martín 💥💥💥💥"

Publiqué y al momento empezaron a llegar comentarios. Nuestra relación ya no era ningún secreto y por todo lo que nos escribían siempre, parecía que muchos seguidores habían estado tiempo esperando y deseando a que lo hiciéramos público. Era divertido leer todo lo que nos decían, la verdad.

También comprobé durante estos últimos días cómo aún había partidarios de la relación Vane/Malú, que decepcionados por la naturalidad con la que actuábamos, nos hacían saber continuamente que mi aparición en escena no era de su agrado. Debían creer que yo era el motivo por el cuál su pareja favorita no seguía junta... algo realmente sorprendente teniendo en cuenta que ellas se separaron hace ya casi diez años. Pero oye, quién soy yo para juzgar ilusiones ajenas. Afortunadamente eran pocas las nostálgicas, pero tan pasionales que me hicieron comprender las dudas que tuvo Vane a la hora de aceptar participar en La Voz junto a ella.

Seguí leyendo comentarios hasta que oí como la puerta del camerino se cerraba.

- ¿Verdad, beso o atrevimiento? -

Levanté la vista y vi a Vanesa sonriendo.

- Beso, siempre beso - dije levantándome y colocando mis brazos alrededor de sus hombros para poder besarla.

- Vale, ya solo te queda verdad o atrevimiento. ¿Cuál quieres primero? -

- Sabes que el juego no funciona así, ¿verdad? - pregunté riendo.

- Faltan dos horas para uno de los conciertos del año, me tienes que decir que sí a todo - dijo exagerando la sonrisa.

Me la quedé mirando sin soltarla de mi abrazo.

- Si elijo verdad, me preguntarás por lo que me dijo Alejandro. Si elijo atrevimiento, me pedirás aprovecharte de mi cuerpo. Eres demasiado previsible -

- Crees que se acabó la magia, pero no es así. Sigo siendo un misterio para ti. Has fallado en la segunda, no era ese el atrevimiento - replicó con su sonrisa pícara.

- ¿Ah no? - dije achicando los ojos - vale, en ese caso elijo atrevimiento -

- Pues empieza a quitarme la ropa. Vas a aprovecharte tú de mi cuerpo -

Soltó una carcajada de las suyas haciéndome reír a mí. Pero no me lo pensé y empecé a desabrocharle los botones de su camisa.

- ¿Así de fácil? -

Se le iluminó la cara.

- Trabajo en equipo, Vane - dije seria mientras le quitaba la camisa y la lanzaba al sofá - Pero ya has oído a Alejandro, no grites mucho que las paredes son de papel -

- Callada como una tumba - dijo ilusionada mientras yo le intentaba desabrochar el sujetador.

Cuando éste ya estaba haciéndole compañía a la camisa en el sofá, se abrió de repente la puerta.

- Vane, ya están aquí tus padres y los padres de... -

Ana se dio cuenta y se quedó muda. Vane me giró con un movimiento muy ágil, quedando ella oculta tras mi espalda.

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