Secretos en las alturas

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Hace un rato ha habido un error con la aplicación y a algunos os ha salido la alerta de que había publicado. ¡Algo he roto! Pero parece que ahora ya lo puedo subir sin problema.

Disculpad las molestias. Y gracias, como siempre, por los comentario bonitos y las estrellitas :)

Narra Mónica

La actitud de Delta Chotis me había dejado alucinada. Nunca había participado del fenómeno fan, ni siquiera cuando era adolescente, y me costaba entender esa pasión obsesiva por alguien. Por supuesto que he admirado y admiro a mucha gente. Incluso me he llegado a poner muy nerviosa por conocer a alguien que idolatro de alguna manera, pero nunca he ido más allá.

Mientras estuvimos esperando en la fila para embarcar, esa mujer no nos quitaba el ojo de encima, y cuando su mirada se cruzaba con la de Vane, la saludaba fervientemente con la mano. Vanesa se hacía la loca y fingía no verla... pero era un desastre en el arte del disimulo.

Finalmente subimos al avión, nosotras teníamos asientos en la zona delantera de Business con lo cual no volveríamos a coincidir con esa mujer hasta llegar a Buenos Aires, ya que los pasajeros de turista entraban por una puerta en la parte central del avión.

Vane y yo estábamos en dos asientos contiguos y más allá estaba el de Ana, que en un primer momento se sentó en mi lugar para hacerse una foto con Vanesa y colgarla en las redes sociales. Yo me mantuve al margen, mucho mejor si la menor gente posible sabía que viajábamos juntas.

El comandante anunció que en breve despegaríamos, así que nos sentamos cada una en nuestro asiento correspondiente. Los motores se pusieron en marcha y de golpe Vanesa se puso un poco pálida.

- ¿No me digas que tienes miedo a los aviones? - le dije cogiéndole la mano.

- Solo los que cruzan océanos - dijo sin mirarme, manteniendo la mirada fija en un punto de la pantalla y apretándome la mano con fuerza.

- Mónica, distráela durante el despegue o en nada se pone a llorar - oí a Ana desde su asiento con cierta guasa.

- Oye Vane, mírame - ella giró su cabeza para mirarme a los ojos - acabo de aprender una cosa nueva de ti, te dan miedo los vuelos trasatlánticos...-

- Así es - seguía nerviosa.

- Ahora te toca a ti aprender algo de mí -

- A ver, sorpréndeme -

Me acerqué a ella para que nadie nos pudiera escuchar.

- Nunca lo he hecho en el baño de un avión -

Vanesa abrió mucho los ojos de golpe.

- Me estás diciendo... que... quieres... -

- No sé, ¿nunca lo has pensado? - le sonreí de forma sugerente - Siempre que pasa en una película pienso, ¿por qué nunca me he atrevido? ... ¿tú lo has hecho alguna vez? -

- Ehhh, no, la verdad es que no - seguía mirándome alucinada.

Volví a acercarme más y esta vez le susurré directamente en el oído.

- ¿Y si nos lanzamos? -

Ella me miró, y ahora empezaba a sonreírme, cada vez más y más y más.

- Estás loca, Carrillo -

- ¿Pero a que ahora te mueres de ganas? no mientas-

Nos miramos durante unos segundos, sin parar de sonreír.

- Ahora me muero de ganas, sí -

Era mi turno de abrir mucho los ojos.

- Tenemos que pensar una estrategia -

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora