Premios Ondas

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Narra Vanesa

Mónica estaba muy emocionada por el Premio Ondas. Se lo habían concedido por ser la mejor presentadora del año y yo no podía estar más orgullosa.

Este año los Ondas se habían adelantado y se celebraban a principios de noviembre, como siempre en Barcelona. Y empezaba así un mes de muchas celebraciones: primero su Ondas, la siguiente semana mis 4 nominaciones a Los 40 Music Awards y finalmente mi 40 cumpleaños.

Respecto a nuestros planes de boda, de momento seguían siendo más o menos secretos. En estas últimas dos semanas hubo algún rumor por redes en relación a los anillos, varias teorías que quedaron en nada. Pero siempre era divertido leerlas, la gente tenía mucha imaginación.

La única vez que se lió un poco fue cuando Mónica hizo una publicación en Instagram dando las gracias por el premio que iban a concederle y yo no pude contenerme.

monica_carrillo_: Estoy sin palabras, sobrepasada,... gracias gracias gracias por el Premio Ondas... se me han llenado los ojos de lágrimas de felicidad. El corazón se me sale... ¡Gracias!

vanesamartin_: Cuántas alegrías te están dando este año ¡Abusona! Enhorabuena, Carrillo

monica_carrillo_: Pues si nos dan alegrías, ¡habrá que celebrarlo!

vanesamartin_: ¿lo dudas?

monica_carrillo_: ¡nunca!

El día de la entrega de los Premios Ondas llegó y esa mañana nos fuimos a Barcelona. Como el año pasado recibí yo un premio, este año me pidieron que cantara en la gala. Y por supuesto, acepté encantada. Así tenía la excusa perfecta para acompañar a Mónica, aunque siendo sincera, hubiera ido de todos modos.

- Mónica, me aburro -

- No hace ni quince minutos que salimos de Atocha, Vane, no puedes estar aburrida ya - dijo Mónica sin levantar la vista del libro que estaba leyendo.

Habíamos cogido un tren a media mañana para poder llegar a Barcelona antes de comer. Por la tarde Mónica tenía varias entrevistas y yo tenía que ir al Liceu, donde se celebraba la gala de premios, para poder hacer la prueba de sonido.

- Pues me aburro, hazme caso -

Mónica dejó el libro y me miró divertida.

- Eres peor que los críos ¿siempre que nos subamos a un tren me vas a dar la misma lata? Lee algo, va-

Ella volvió a su libro y yo cogí mi teléfono para entretenerme con las redes.

- Ni lo intentes. Dame el móvil - me lo quitó de las manos.

- ¡Oye! -

- Nada de oye. Aburrida y con internet eres demasiado peligrosa -

Dejó de nuevo su libro y buscó algo en su bolso. Cogió su monedero y sacó de dentro un billete de diez euros.

- Toma, ve a la cafetería y cómprate algo -

Cogí el billete y me puse a reír.

- ¿Pero te crees que soy una niña chica? -

- No, ya te lo he dicho, eres peor. Así que vete al vagón cafetería, te compras algo y te entretienes un rato -

Ella volvió a su libro y yo me levanté muerta de la risa.

Narra Mónica

Vanesa se fue por fin a la cafetería del tren y me dejó leer tranquila. Estaba muy nerviosa por la gala de esta noche y necesitaba paz, algo totalmente incompatible yendo en tren con ella.

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