LA conversación

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Narra Mónica

Después de que Vanesa me presentara a toda su banda, todos fueron encantadores conmigo, pude presenciar en directo el primer ensayo de su próxima gira, junto a Ana, que lo coordinaba todo sentada a mi lado. Como gran seguidora que era de su música, fue para mí todo un honor y un privilegio estar allí. Disfruté como una niña y pude comprobar la gran complicidad que tenía Vanesa con todos ellos, formaban una verdadera familia.

Fueron más de tres horas de ensayo pero se me pasaron volando. A ratos Vanesa centraba su atención en mí y cantaba mirándome a los ojos. Eso hacía que mi cuerpo se revolucionara y yo no pudiera parar de sonreír, como una fan quinceñera.

- Madre mía, qué cara de boba se os pone a las dos- me dijo Ana mirándonos a las dos de forma intermitente y riendo.

Yo noté como me sonrojaba en tiempo récord, pero no pude negarlo.

- Me gusta mucho - su sonrisa fue aumentando - su música, me refiero a su música.-

- Claro, su música - no paraba de reír. - tú también le gustas mucho, Mónica. Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que la vi tan feliz. Le haces mucho bien. - me dijo volviendo a centrar su mirada en la banda. Yo agache la cabeza, un poco avergonzada, pero con una felicidad repentina recorriendo todo mi cuerpo.

En un momento dado decidieron hacer un pequeño descanso. Vanesa vino rápido hacia mí con una enorme sonrisa en su cara. Hacer música le hacía verdaderamente feliz, era su gran pasión y eso era algo que no podía esconder.

- ¿Te están gustando las nuevas canciones? ¿o te has cansado ya? - me dijo dándome un beso en la mejilla y agachándose para coger una botella de agua de la neverita que tenía en el estudio.

- Estoy emocionada, nunca había estado en los ensayos de una banda y me encanta - me miró y sonreímos ambas - a ver, hubiera preferido que fuera uno de Leiva, pero éste tampoco está nada mal - me apetecía tontear un poco con ella.

- Con que esas tenemos, ¿eh? - me dijo achicando los ojos y fingiendo seriedad - pues nada - se acercó mucho a mí - esta noche llama a Leiva y que te haga él la magia - me susurró al oído y me dio un pequeño pellizco en la espalda.

Yo no pude contener la risa ante su reacción. Ella bebía agua y me miraba con falso enfado.

- Va, vuelve a tu sitio, que te reclaman - le dije dándole un una pequeña palmada en el trasero. Ella se giró hacia mí, tirándome un beso y guiñándome un ojo. Definitivamente, me tenía loca.

Narra Vanesa

Me encantaba tocar junto a mi banda, hacía que me evadiera de todo, el mundo desaparecía. Pero esta vez esa desconexión no era total, Mónica estaba presente y yo no podía dejar de mirarla. Ella a su vez me miraba emocionada, parecía que las canciones le estaban gustando, y eso me fascinaba.

Tocamos durante un par de horas más, hoy era solo el primer día pero ya estábamos sonando muy bien. En dos semanas empezaba todo, aún faltaba pulir muchas cosas pero no tenía ninguna duda de que llegaríamos más que preparados.

- Bueno chicos, creo que ya es suficiente por hoy. - estaba realmente agotada.

- Esto ha sonado genial, tíos. Jefa, eres una diosa. Qué maravilla de canciones - me dijo Joaquín, uno de mis guitarristas. Y todos se unieron a los elogios.

- Gracias. Os adoro, lo sabéis, ¿verdad? - les dije riendo, contagiando mi risa a todos. - Todos a casa, va, mañana os quiero aquí a las 5 de la tarde. ¡Puntualidad! -

- Hasta mañana, jefa - me dijeron todos.

Me despedí de todos con un abrazo y ellos fueron a darle un par de besos a Mónica, a modo de despedida. No me gustaba nada ni cómo la miraban ni cómo se acercaban para darle besos. Creo que iba a tener que tener una seria charla con estos músicos, pensé riendo por dentro. ¿Pero desde cuándo era yo tan celosa?

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